Imagina que eres el marinero y escribe una breve cronica que relate el naufragio. Recuerda las caracteristicas particulares de la cronica. Utiliza en tu redaccion al menos una oracion en voz pasiva, una oracion compuesta, 3 conectores del tipo que desees y un verbo cuasirreflejo.
Respuestas a la pregunta
Imagina que eres el marinero y escribe una breve crónica que relate el naufragio. Recuerda las características particulares de la crónica. Utiliza en tu redacción al menos una oración en voz pasiva, una oración compuesta, 3 conectores del tipo que desees y un verbo cuasirreflejo.
Es un día soleado, recién empieza la semana y no hay ni una nube en el cielo, pienso “este será un gran viaje” justo antes de dirigirme hacia la embarcación junto al resto de la tripulación, siendo el último en arribar, veo como mis compañeros se despiden de sus familiares que han venido a desearnos un buen viaje, izamos las velas, levamos anclas y partimos a nuestro destino.
Luego de unas cuantas horas, empiezan a formarse nubes en el cielo que, al parecer, se quedarán un rato, sino es que durante el tiempo restante del viaje. No le presto demasiada atención, y decido continuar con mi labor, limpiando la cubierta, junto a otro compañero, mientras hablamos del destino hacia el cual nos dirigimos.
Han pasado unas cuantas horas, ya es de noche y, así como lo presentía, estas nubes vinieron para quedarse, de repente el mar empezó a agitarse por fuertes vientos, seguidos de una lluvia devastadora. Por lo que decidimos recoger las velas, cuando de pronto son destrozados por la combinación de lluvia y ráfagas de viento. Todo a nuestro alrededor es un caos, buscamos hacer todo lo posible por mantenernos a flote, pero la marea es tan fuerte que comenzamos a hundirnos.
Hicimos lo que pudimos y nos dispusimos a agarrar cuanto pudiéramos, antes de dirigirnos hacia los botes auxiliares. ¡Y vaya que hemos tenido suerte! En el momento que nuestro bote auxiliar tocó el mar, ha caído un rayo en el barco. Ahora estamos a la deriva, esperando que se apacigüen las aguas y encontrar tierra firme.
Doce días después y seguimos en el mar, ya se nos están acabando las provisiones, luego de administrarlo lo mejor posible, y estamos exhaustos de remar, aparentemente en círculos, sin una pista de tierra firme.
Pasaron varios días más y de repente uno de mis compañeros divisó tierra, y con gritos de alegría nos advirtió; sacamos energías de donde no las teníamos, y nos pusimos a remar rápidamente hacia la isla. Ese día volvió a brillar el sol.