III.VIDA DE DON QUIJOTE CAPÍTULO IV, 1ª PARTE
Y habiendo andado como dos millas, descubrió don Quijote un grande tropel de gente, que, como después se supo, eran
unos mercaderes toledanos que iban a comprar seda a Murcia. Eran seis, y venían con sus quitasoles, con otros cuatro
criados a caballo y tres mozos de mulas a pie. Apenas los divisó don Quijote, cuando se imaginó ser cosa de nueva aventura
[...]. Y, puesto en la mitad del camino, estuvo esperando que aquellos caballeros andantes llegasen, que ya él por tales los
tenía y juzgaba; y, cuando llegaron a trecho que se pudieron ver y oír, levantó don Quijote la voz y con ademán arrogante
dijo: —Todo el mundo se tenga, si todo el mundo no confiesa que no hay en todo el mundo doncella más hermosa que la
Emperatriz de la Mancha, la sin par Dulcinea del Toboso. Paráronse los mercaderes al son de estas razones, y a ver la
extraña figura del que las decía; y por la figura y por las razones luego echaron de ver la locura de su dueño, mas quisieron
ver despacio en qué paraba aquella confesión que se les pedía, y uno de ellos, que era un poco burlón y muy mucho
discreto, le dijo: —Señor caballero, nosotros no conocemos quién sea esa buena señora que decís; mostrádnosla, que, si
ella fuere de tanta hermosura como significáis, de buena gana y sin apremio alguno confesaremos la verdad que por parte
vuestra nos es pedida. —Si os la mostrara —replicó don Quijote—, ¿qué hiciérades vosotros en confesar una verdad tan
notoria? La importancia está en que sin verla lo habéis de creer, confesar, afirmar, jurar y defender; donde no, conmigo
sois en batalla, gente descomunal y soberbia. [...] —Señor caballero —replicó el mercader—, suplico a vuestra merced en
nombre de todos estos príncipes que aquí estamos que, porque no encarguemos nuestras conciencias confesando una
cosa por nosotros jamás vista ni oída, y más siendo tan en perjuicio de las emperatrices y reinas del Alcarria y Extremadura,
que vuestra merced sea servido de mostrarnos algún retrato de esa señora,[...]; y aun creo que estamos ya tan de su parte,
que, aunque su retrato nos muestre que es tuerta de un ojo y que del otro le mana bermellón y piedra azufre, con todo
eso, por complacer a vuestra merced, diremos en su favor todo lo que quisiere. —No le mana, canalla infame —respondió
don Quijote encendido en cólera—, no le mana, digo, eso que decís, sino ámbar y algalia entre algodones; y no es tuerta
ni corcovada, sino más derecha que un huso de Guadarrama. Pero vosotros pagaréis la grande blasfemia que habéis dicho
contra tamaña beldad como es la de mi señora. Y, en diciendo esto, arremetió con la lanza baja contra el que lo había
dicho, con tanta furia y enojo, que si la buena suerte no hiciera que en la mitad del camino tropezara y cayera Rocinante,
lo pasara mal el atrevido mercader. Cayó Rocinante, y fue rodando su amo una buena pieza por el campo; y, queriéndose
levantar, jamás pudo: tal embarazo le causaban la lanza, adarga, espuelas y celada, con el peso de las antiguas armas. Y,
entre tanto que pugnaba por levantarse y no podía, estaba diciendo: —Non fuyáis, gente cobarde; gente cautiva, atended
que no por culpa mía, sino de mi caballo, estoy aquí tendido. Un mozo de mulas de los que allí venían, que no debía de
ser muy bienintencionado, oyendo decir al pobre caído tantas arrogancias, no lo pudo sufrir sin darle la respuesta en las
costillas.
El Quijote. Miguel de Cervantes.
25. Resume brevemente este episodio. ¿Dónde se observa el realismo de la obra? ¿Y la locura de don Quijote?
26. ¿Quién es en realidad Dulcinea del Toboso? ¿Cómo la presenta don Quijote?
27. ¿Qué frase del mercader hace que se enfade don Quijote? ¿Por qué tiene ese efecto dicha frase?
28. ¿Qué significado tiene la expresión «darle la respuesta en las costillas» el mozo a don Quijote?
29. El lenguaje de don Quijote es a menudo arcaizante, imitando el de la Edad Media. Esto se manifiesta, por ejemplo,
en que conserva la f- inicial de algunas palabras que ya la habían perdido en su época. Señala algún ejemplo.
30. Escribe la misma aventura que se narra en este texto como si sucediese en la actualidad. Adapta también el lenguaje,
pero recuerda que don Quijote imita la forma de hablar de sus antepasados.
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31. ¿A qué llamamos desengaño Barroco? Investiga sobre los elementos de desengaño en la obra
32. Dulcinea es un personaje importante, pero que no aparece en la obra de Cervantes. Investiga sobre este y otros
personajes femeninos que sí aparecen, unos idealizados, otros realistas y caricaturizados. ¿Qué características tienen?
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