II. FRAGMENTO DE LA REGENTA, CLARÍN
Lee este texto y busca en el diccionario las palabras que no comprendas.
(Al inicio de la novela, don Fermín de Pas sugiere a Ana Ozores que haga confesión general. Ella reflexiona en su habitación. Esto permite al narrador presentar el pasado de la protagonista en un salto temporal hacia atrás).
Abrió el lecho. Sin mover los pies, dejóse caer de bruces sobre aquella blandura suave con los brazos tendidos. Apoyaba la mejilla en la sábana y tenía los ojos muy abiertos. La deleitaba aquel placer del tacto que corría desde la cintura a las sienes.
«—¡Confesión general! —estaba pensando—. Eso es la historia de toda la vida». Una lágrima asomó a sus ojos, que eran garzos, y corrió hasta mojar la sábana.
Se acordó de que no había conocido a su madre. Tal vez de esta desgracia nacían sus mayores pecados. [...] Esta costumbre de acariciar la sábana con la mejilla la había conservado desde la niñez. Una mujer seca, delgada, fría, ceremoniosa, la obligaba a acostarse todas las noches antes de tener sueño. Apagaba la luz y se iba. Anita lloraba sobre la almohada, después saltaba del lecho; pero no se atrevía a andar en la oscuridad y pegada a la cama seguía llorando, tendida así, de bruces, como ahora, acariciando con el rostro la sábana que mojaba con lágrimas también. Aquella blandura de los colchones era todo lo maternal con que ella podía contar; no había más suavidad para la pobre niña. Entonces debía de tener, según sus vagos recuerdos, cuatro años. Veintitrés habían pasado, y aquel dolor aún la enternecía [...] Como nadie la consolaba al dormirse llorando, acababa por buscar consuelo en sí misma, contándose cuentos llenos de luz y de caricias. Era el caso que ella tenía una mamá que le daba todo lo que quería, que la apretaba contra su pecho y que la dormía cantando cerca de su oído: [...]
Pensando la Regenta en aquella niña que había sido ella, la admiraba y le parecía que su vida se había partido en dos, una era la de aquel angelillo que se le antojaba muerto. La niña que saltaba del lecho a oscuras era más enérgica que esta Anita de ahora, tenía una fuerza interior pasmosa para resistir sin humillarse las exigencias y las injusticias de las personas frías, secas y caprichosas que la criaban.
La Regenta (capítulo III), Leopoldo Alas Clarín
1. Contesta a estas preguntas.
a) ¿Qué objeto actúa como resorte de los recuerdos infantiles del personaje?
b) ¿Qué tipo de narrador cuenta la historia?
c) ¿Qué técnica narrativa utiliza el narrador para contarnos los antecedentes del personaje?
d) Explica cómo la infancia de Ana Ozores determina su comportamiento que en la vida adulta.
e) La propia Regenta relaciona su infancia con sus problemas en la vida adulta. Subraya el fragmento del texto donde lo expresa.
f) Resume la caracterización psicológica que se hace de la Regenta en este fragmento.
2. A partir de los elementos analizados, justifica el Naturalismo de este texto.
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