Historia, pregunta formulada por gladysvivas24, hace 2 meses

identifico el impacto ambiental que genera el envío de artefactos enviados al espacio​

Respuestas a la pregunta

Contestado por blackpink167r19vr1
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Explicación:

El espacio se está convirtiendo en un verdadero nicho de negocio: mientras algunas empresas fabrican y lanzan satélites comerciales cada vez más asequibles, otras prometen enviar tus cenizas al espacio o elaboran planes para extraer minerales de asteroides. Sin embargo, más allá de las ventajas económicas y científicas de este tipo de actividades, el creciente número de vehículos que parten de la Tierra para rebasar la estratosfera trae consigo otras consecuencias nada beneficiosas.

Los cohetes espaciales liberan en su ascenso gases contaminantes y partículas que pueden alterar las condiciones de la atmósfera. Este fenómeno, escasamente estudiado hasta la fecha, tendrá por primera vez una sección propia en la evaluación científica anual sobre la destrucción de la capa de ozono del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Mundial de la Salud.

Las responsables de los perjuicios son las emisiones producidas por los propulsores de combustible sólido de las naves. Principalmente, dióxido de carbono, agua, carbono y partículas. Se ha comprobado que las de aluminio, en particular, absorben la radiación de longitudes de onda larga emitidas por la Tierra, provocando su calentamiento.

Residuo de óxido de aluminio proveniente de los cohetes de combustible sólido como los que conducen satélites al espacio

Residuo de óxido de aluminio proveniente de los cohetes de combustible sólido como los que conducen satélites al espacio | NASA

Las partículas de hollín del humo expulsado por los motores tienen también consecuencias para el planeta. Se acumulan en las capas más altas de la estratosfera, desde donde absorben la luz solar y acumulan calor, alterando las reacciones químicas para producir la degradación del ozono.

Aunque se tienen muchas pistas, estos fenómenos no se conocen aún en profundidad, como tampoco los efectos de otros compuestos. Uno de los procesos menos estudiados son las interacciones entre la atmósfera y los gases emitidos por los motores alimentados por metano de algunos cohetes. Como aún no se ha plasmado en modelos ni simulaciones, los expertos ignoran sus consecuencias.

Una de las claves para valorar con mayor precisión el alcance del problema radica en estimar la carga de gases que contienen las emisiones. Este dato podría utilizarse para predecir las consecuencias de la contaminación en un escenario futuro donde aumente el número de lanzamientos.

Contaminantes extraterrestres

Pero el problema no se acaba una vez que las naves han abandonado nuestro planeta. Los restos de armazones y dispositivos electrónicos que integran la basura espacial también pueden afectar a las capas gaseosas de la Tierra.

Un estudio publicado a mediados de la década de los '90 demostraba que, cuando uno de estos objetos entra en contacto con la estratosfera, genera una onda de impacto que produce monóxido de nitrógeno, uno de los compuestos responsables de la degradación del ozono, aunque el fenómeno no tenía un impacto global.

Tanque de combustible de un vehículo de lanzamiento encontrado en Texas en enero de 1997

Tanque de combustible de un vehículo de lanzamiento encontrado en Texas en enero de 1997 | NASA

Sin embargo, la penetración en la atmósfera de cadáveres de satélites, partes de cohetes desprendidas en el viaje y otros desechos es un fenómeno relativamente común. Así, se estima que cada año recibimos la visita de alrededor de 80 toneladas, la mayoría de las cuales, sin embargo, no llegan a alcanzar la superficie terrestre debido a la degradación que sufren antes. Básicamente, se incendian y desintegran.

Al arder, estas piezas de ‘hardware’ liberan partículas de aluminio y otros materiales como el tungsteno, cuyos efectos en la química de la atmósfera se desconocen. Pero se estima que, incluso en pequeñas cantidades, algunos de esos elementos podrían alterarla de forma importante.

Cuando un equipo de la NASA, dirigido por el científico especializado en astromateriales Michael Zolensky, detectó un pico de concentración de grandes partículas sólidas en la estratosfera entre 1976 y 1984, pensó que se trataba de restos de asteroides y cometas. Sin embargo, al analizar muestras, encontró residuos de los motores de cohetes, pinturas provenientes de naves en órbita y partículas de aluminio de aparatos electrónicos.

Si bien tanto el Comité para Usos Pacíficos del Espacio Exterior de la ONU como las diferentes agencias espaciales y el Comité de Coordinación Interagencia para la Basura Espacial disponen desde hace décadas de guías para minimizar la generación de desechos, el nuevo informe de la ONU servirá de impulso a nuevos trabajos que permitan evaluar el impacto de las emisiones y de los desechos electrónicos en la atmósfera y tomar medidas al respecto, si es necesario.

Contestado por noctambulod3arkham
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Respuesta:

El problema de la basura espacial es algo que vemos muy lejano, como hace muchos décadas veíamos a la basura de los océanos con el argumento de que son muy grandes y es imposible que algún día la notemos (en efecto, ya la estamos notando desde hace muchos años). En cuanto a la basura espacial, es un problema reciente (se comenzó a ‘contaminar’ el espacio hace tan solo unos 60 años, aproximadamente), pero ello no implica que no podamos sufrir las consecuencias pronto, si es que no las estamos sufriendo ya.

No todos los objetos que se envían al espacio vuelven a la Tierra (diariamente, de hecho, solo que caen en el mar, a no ser que antes se hayan desintegrado en su descenso), sino que algunos se quedan allí para siempre o por décadas, girando alrededor de nuestro planeta. De hecho, muchos satélites, cuando dejan de ser útiles, no re-entran en la Tierra, sino que siguen orbitando por mucho tiempo (y se han dado casos de colisiones a causa de esto).

 

No todos los objetos que se envían al espacio vuelven a la Tierra (diariamente, de hecho, solo que caen en el mar, a no ser que antes se hayan desintegrado en su descenso), sino que algunos se quedan allí para siempre o por décadas, girando alrededor de nuestro planeta. De hecho, muchos satélites, cuando dejan de ser útiles, no re-entran en la Tierra, sino que siguen orbitando por mucho tiempo (y se han dado casos de colisiones a causa de esto).

Las agencias espaciales que más basura espacial crean son el CIS (una organización supranacional compuesta por diez de las quince exrepúblicas soviéticas), posteriormente la NASA (Estados Unidos) y la CNSA (China); en último lugar, la ESA (la Agencia Espacial Europea).

Basura espacial: desde motas de pintura hasta trozos de satélites

Por un lado, tenemos desde pequeños objetos, como motas de pintura o pequeños trozos de metal desprendidos de naves espaciales, aunque también está el caso de los grandes residuos provenientes de satélites que ya no están en funcionamiento, pero que siguen orbitando nuestro planeta. No obstante, normalmente la basura espacial suele ser de más o menos 1 centímetro, y su fuente más común es la explosión de objetos que orbitan la Tierra, como etapas superiores de cohetes.

Esta basura puede producir impactos espaciales a velocidades de hasta 10 o 15 kilómetros por segundo (de 36 000 a 54 000 kilómetros por hora). Esto implicaría realizar la distancia en línea recta dentro de dos puntos de España (1079 kilómetros, desde Gerona hasta Huelva) en un periodo de 72 o 107 segundos o la distancia más larga en línea recta dentro de dos puntos del mundo (13 518 kilómetros, desde el oeste de África hasta el Mar de China Oriental) en 901 o 1352 segundos (15 minutos o 22,5 minutos, respectivamente).

 

La basura actualmente no está descontrolada, sino que se detecta y analiza mediante radares, que los organiza mediante tamaños (es capaz de detectar objetos desde los 5 centímetros hasta un metro) y posteriormente se clasifican en distintos tipos de amenazas. A fecha de 2010, había en torno a unos 13 000 objetos de unos 10 centímetros de diámetro.

Y no solo se estudia si podría colisionar con un satélite, sino que además se estudia la posibilidad de impacto con la Tierra y dónde tendría lugar la colisión. Pero no todos los objetos, desechos o basura son rastreables, y estos (los que no se pueden rastrear) son precisamente los más peligrosos.

A manera de conclusion Cada día llegan a la Tierra varios fragmentos de chatarra espacial, es decir, restos de cohetes o satélites que han quedado en desuso vagando por el cosmos y que sobreviven a su reentrada en la atmósfera. La gran mayoría de estos objetos cae en el océano o en zonas despobladas de la Tierra, por lo que estos impactos suelen pasar desapercibidos. Sin embargo, de vez en cuando se encuentra alguno de estos fragmentos. Y en los municipios murcianos de Mula y Calasparra han hallado tres objetos idénticos de basura espacial en apenas 12 días.A estos tres restos hay que añadir otros dos posibles fragmentos de basura espacial, distintos a los encontrados en Murcia, que fueron hallados el 13 de noviembre: En Pozorrubio de Santiago (Cuenca) se encontró un objeto de unos 20 kilogramos mientras que en Elda (Alicante) se toparon con una pieza metálica de cuatro metros de longitud parcialmente calcinada. cuasa que si no es el mayor problema de impacto ambiental, es grave y deberiamos tomar cartas en el asunto

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