Identificar las partes del conflicto y los Interés que
tienen en la película la vida es bella
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La Vida es Bella es una película con un gran mensaje positivo que presenta la visión positiva que Guido siempre tuvo y transmitió a su hijo Giosue a pesar de la situación que se vivía durante la época nazi así como las atrocidades que se cometieron contra los judíos en el Holocausto.
A pesar de la realidad que se vivió durante la Segunda Guerra Mundial, la película se presenta como un drama o tragicomedia que nos muestra que el tener una actitud positiva y transmitirla a quienes nos rodean puede cambiar totalmente nuestro enfoque y la manera de enfrentar los problemas. Esto es ver el lado positivo a lo que parece tener únicamente elementos negativos.
Guido vive en la Itallia prefascista y se nos presenta como una buena persona o un hombre inocente con un sueño: poseer su propia tienda de libros. Un día conoce a Dora, una joven maestra de la que se enamora perdidamente. Tras conseguir su amor se casan, tienen un hijo y planean montar la tienda de libros. Sin embargo los problemas aparecen pronto y toda la familia es reclutada a un campo de concentración donde sufren, por separado, la guerra.
Se corre el año 1939, en la ciudad de Arezzo, en la Toscana., donde conoce a Dora, quien es una maestra de una escuela. Luego se casan y tienen un niño llamado Giosue. Cuando eran una familia feliz y todo estaba muy bien, se encuentran con la realidad de la discriminación racial y los problemas de la guerra, entre lo que aparece principalmente el aitisemitismo y la llegada del fascismo.
Guido se enamora de Dora (Nicoletta Braschi, una profesora de la escuela local. Desafortunadamente, la mujer, que se llama Princesa a sí misma, está comprometida y, lo peor de todo, su novio es un oficial fascista con el que Guido ha tenido algún que otro problema. No obstante, Guido no se da por vencido y se seduce a Dora.
Años después, Guido y Dora están casados y tienen un hijo: Giosue. Además, Guido es el propietario de una tienda de libros. Pero ahora los ciudadanos italianos tienen que aceptar el orden imperante, algo a lo que Guido se opone, especialmente, teniendo en cuenta que es padre. Su determinación se convierte en una cuestión de vida o muerte cuando él y su hijo son enviados a un campo de concentración tres meses antes de que concluya la guerra. Por amor, Dora se deporta a sí misma en el mismo tren.
Ahora, en ese mundo inimaginable, Guido debe usar su imaginación y cada gramo de su espíritu infatigable para salvar las vidas de aquellos a los que ama. En medio de la dura realidad, Giodo siempre presenta a su hijo un enfoque positivo y le hace creer que no se trataba realmente de una guerra sino más bien de un juego en el que el ganador se llevaría un tanque real como premio, y le dice que cada uno de los esfuerzos y padecimientos que deben pasar es parte del juego.
Giodo dice a su hijo que al llegar a mil puntos serán los ganadores del tanque, pero que tienen que esforzarse y no tienen que llorar. El niño vive en medio de la discriminación hacia los judíos pero ve todo como un juego gracias a que su padre se lo hace ver de esa forma, de modo que no adquiere ningún trauma ni tampoco ve la guerra como algo triste sino como un juego en donde el objetivo era esforzarse mucho para alcanzar los mil puntos y ser ganadores del tanque de verdad.
Al final la película deja una mensaje impresionante porque aunque papá muere, Giosue no sufre nada de todos los traumas que le puso haber causado el estar en las condiciones racistas y denigrantes en las que los alemanes tenían a los judíos. Luego los norteamericanos llegan a ayudar y de esa manera Giosue y Dora permanecen vivos a pesar que su padre haya muerto en manos de los alemanes. La lección para Giosue no tiene precio y nunca olvidarán a Giodo por su valentía y coraje en medio de aquellas terribles circunstancias.
En esta película, sobretodo, destaca la bondad, la fe y la esperanza (que en ningún momento se pierde), y la ilusión y el buen humor con el que el protagonista intenta rescatar las secuelas, que le podrían quedar a cause de la Segunda Guerra Mundial, a su hijo pequeño.
En este aspecto Guido mira la vida con optimismo, como si cada segundo fuera el último, y sobretodo con toneladas de humor. En ningún momento se derrumba ante la guerra, y con ello, hace que esta guerra fuera un juego entre su hijo y él. De este modo, hace que su hijo viva la terrible Segunda Guerra Mundial, pero la viva jugando y no quede marcado por lo que fue esa masacre. Podemos decir que esta película es un cruce de comedia y romanticismo sobre el poder de la risa para conmover el corazón humano.