Religión, pregunta formulada por arelyssmartines, hace 3 meses

hombre pobre cuya riqueza es tener a Dios, creer radicalmente en él
1. Anawin
2. Discipulo
3. misionero

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Contestado por jonathanzapata1com
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Respuesta:

Pobreza y riqueza en el cristianismo

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El juicio final, de Pieter Huys, ca. 1550. Las escenas del plano inferior, en el estilo pictórico de El Bosco1​ y siguiendo los mismos conceptos ideológicos y estéticos de las danzas de la muerte bajomedievales y otras representaciones del «triunfo de la muerte» (título de un famoso cuadro de Pieter Brueghel el Viejo) y del tema denominado Vanitas, reflejan cómo muchas almas no alcanzan la salvación a causa de distintos pecados, especialmente los vinculados al disfrute de los placeres terrenales, como son las riquezas. La desnudez de los cuerpos representa la igualdad de todos, ricos y pobres, ante la muerte y la vida eterna.

Pobreza y riqueza en el cristianismo han sido temas controvertidos desde los inicios de esa religión. Mientras algunos exégetas interpretan que la riqueza y el economicismo (especialmente el triunfante en el mundo occidental contemporáneo, fuertemente materialista) son opuestos a la doctrina cristiana,2​ y que incluso el llevar una vida acomodada (no sólo el lujo, sino todo lo que supere una vida sencilla) conlleva problemas de conciencia;3​ otros manifiestan la multiplicidad de puntos de vista cristianos sobre la riqueza,4​ que en ocasiones se ve como una ofensa a la fe (resultado de algún pecado, como alguno de los capitales —especialmente la avaricia— o la usura —equiparada al robo—), en otras como un obstáculo (la dificultad de que un «camello pase por el ojo de una aguja» se equipara a la de que «un rico entre en el reino de los cielos»)5​ y en otras como una consecuencia de la fe en sí misma (como ocurre en ciertas interpretaciones de la predestinación calvinista o en la teología de la prosperidad).6​ En cuanto a la pobreza, que a veces es vista como un castigo (tanto el genérico a toda la humanidad que trajo el pecado original, como el personal que pueda acarrear un comportamiento desordenado que cae en pecados capitales —gula, lujuria, pereza—), es más a menudo ensalzada como un valor (pobreza evangélica identificada con la del propio Cristo, consejo evangélico y voto de pobreza de las órdenes religiosas, incrementado hasta la mendicidad en las órdenes mendicantes, evangelio social, doctrina social de la Iglesia, opción preferencial por los pobres,7​ teología de la liberación). Está estrechamente vinculado a estas tendencias o puntos de vista, y en muy diferentes formas según la época, el concepto cristiano del trabajo.

Con anterioridad al establecimiento de la economía como una ciencia secularizada, el pensamiento económico se fue desarrollando en gran medida como una rama de la teología moral.8​ No debe confundirse la economía en el cristianismo o el pensamiento económico cristiano9​ con el concepto teológico denominado «economía de la salvación» o «economía divina».10​ Otra cuestión que ha suscitado fuertes debates e intereses enfrentados a lo largo de la historia es si la Iglesia debe ser pobre, o si las instituciones eclesiásticas pueden tener «bienes temporales».11​12​13​14​15​16

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