Castellano, pregunta formulada por sroppp, hace 16 horas

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Contestado por enriquemaximoquispea
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Respuesta:

El poder del agua de la Muyuna

Cuenta el abuelo de mi mamá que Moyobamba, ciudad capital de la antigua provincia de Maynas y

hoy del departamento de San Martín, hace muchísimos años era habitada por gente ingenua y muy

sana en su actuar.

Había personas que apenas conocían el entorno de su barrio, difícilmente otras ciudades aledañas,

pues no había vehículos motorizados, y los pocos hombres que lograban movilizarse tenían que

tramontar cerros y quebradas, y cruzar ríos nadando, como justamente eran los comerciantes de

sombreros de bombonaje.

La población moyobambina estaba rodeada de inmensos árboles madereros. Si una avioneta

cruzaba los aires por estos lares, solamente divisaba un mar verde de vegetación, de tal manera que

no se observaban las pocas viviendas que había.

Moyobamba no tenía agua potable como hoy día, pues para su uso doméstico tenían que cargar en

latas especiales desde los chorros naturales como la Muyuna, Caparina o chupaderos que había en

el barrio de Lluillucucha, donde, además, las huambras se reunían a lavar las ropas de sus sheretes

y llullitos.

Una mañana primaveral apareció por estos lugares un hombre muthisco, alto, de barba dorada,

diríamos un pucacho de la alta alcurnia española, y quedándose mangañahui miraba a un ramillete

de huambrillas que lavaban ropa en unas bateas hechas de madera. Este tenía mucha sed de beber

y, acercándose a las damas, expresó:

—¿Qué ha pasado con este pueblo? ¿Por qué no tienen agua potable?

María, quien era la chica más chuchusapa y bola siqui, le increpó rápidamente:

—¡Alaocito! ¡Alaocito! Joven, no tenemos agua potable, pero esta agüita del chorro de la Muyuna

es la más pura, cristalina y limpia. ¡Ah!.... y persona que la bebe sea hombre o mujer, se queda en

esta tierra para toda su vida.

El gringo reía a carcajadas y exclamó:

Área: comunicación

—¡Qué ocurrencia la tuya, agüita de chorro! Ja, ja, ja, ja, ja, ja. Se queda en esta tierra, ja, ja, ja, ja,

ja, ja.

Entonces, sacó de su morral, que llevaba colgado en sus hombros, un pocillo dorado y se acercó al

chorro y, llenándolo de agua, la ingirió. Tomó una, otra y otra pócima, y dijo:

—¡Qué agradable agua! ¡Increíble! Ni en España he tomado agua tan exquisita como esta.

Habían pasado cinco minutos aproximadamente; de pronto empezó a oscurecer y a llover con gran

intensidad, pero la lluvia fue tan rápida que, al querer guarecerse debajo del tambo, hecho con

techo de hojas de palmeras, calmó.

Luego apareció intempestivamente un hada cubierta con vestidos plateados y una corona de oro.

Ellos, asustados, miraban la presencia de la ninfa de las aguas y, cuando quisieron esconderse, el

hada los cogió de la mano y les dijo:

—Yo soy la madre de este antiquísimo chorro de agua. Lo cuido, y en su largo recorrido no permito

que nadie corte los árboles que están a su alrededor, porque entonces se secarían las fuentes, y

como tú la has bebido, te casarás con María, porque todo humano que toma el agua de mi chorro

se queda en este bello pueblo y se casa.

Había terminado de hablar el hada y el joven se sintió pusangueado por María, diciéndole que la

quería y deseaba contraer matrimonio, porque al ingerir la agüita del chorro la huambrilla lo volvió

huayra uma sin saber qué hacer.

A solicitud del forastero, el ser misterioso procedió a realizar la ceremonia nupcial, formando a la

nueva familia. Luego desapareció como un relámpago, perdiéndose en el enigmático chorro de

agua. Por eso, todo forastero que llega a Moyobamba e ingiere esta agüita del chorro de la Muyuna

se queda para siempre. "Yo soy uno de ellos, que llegué desde la ciudad de Cutervo a comprar

sombreros hace muchísimos años y me casé con Anastasia Vásquez", dijo mi bisabuelo terminando

de contarme esta lindísima leyenda.

Explicación:

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