hola sera q pueden ayudar con un cuento inbentado larco q sea fantastico sobrenatural
Respuestas a la pregunta
Explicación:
Adaptación del cuento popular de Escandinavia
Érase una vez un muchacho bueno y trabajador que cada semana se encargaba de ir al mercado para que no tuviera que hacerlo su querida madre.
Un día que regresaba a casa con las bolsas llenas, el Viento del Norte empezó a soplar con tanta fuerza que todos los alimentos salieron volando y fueron a parar a no se sabe dónde.
Al verse con las manos vacías se enfadó muchísimo y tomó una decisión: ir a casa del Viento del Norte para mostrarle su indignación y pedirle que le devolviera la comida que había comprado.
La casa estaba lejísimos y tardó mucho en llegar, pero el viento le recibió con los brazos abiertos y una sonrisa afable.
– Dime ¿qué deseas de mí? Has caminado durante horas así que imagino que será algo realmente importante.
– Vengo a pedirte que me devuelvas los alimentos que compré esta mañana. Tu soplido fue tan fuerte que salieron disparados y casi no me queda dinero para hacer la compra otra vez.
El viento se sintió un poco avergonzado.
– Lo siento, tienes razón… ¡A veces me cuesta controlar la fuerza! Te prometo que yo no tengo tu comida y me es imposible devolvértela, pero para compensarte te regalo este mantel blanco.
– ¿Un mantel? ¡Pero si los manteles no se comen!
– ¡Ja, ja, ja! Tranquilo, es un mantel mágico; cuando quieras comer solo tienes que decirle: “Mantel, sírveme ricos manjares que estoy hambriento” ¡Te aseguro que es muy obediente!
El chico aceptó las disculpas y se fue con el mantel bajo el brazo.
Todavía tenía por delante un largo camino de vuelta a casa, así que paró en una posada para pasar la noche. Entró en la habitación y enseguida notó que su estómago estaba completamente vacío y sus tripas no dejaban de sonar. Se quitó rápidamente los zapatos para ponerse cómodo y extendió el mantel mágico en un rincón.
Tal como le explicó el Viento del Norte, dijo en voz alta:
– Mantel, sírveme ricos manjares que estoy hambriento.
¡Qué maravilla! Sobre el mantel aparecieron varios platos a cada cual más delicioso: asado de carne, legumbres con verduras, salmón braseado y tortitas de maíz con chocolate.