Ciencias Sociales, pregunta formulada por esmeraldafrancpa8yp8, hace 1 año

hola, por favor me pueden ayudar es de sociales, la historia de nombres y apellidos es de una fuente primaria o secundaria, gracias es urgente por favor?

Respuestas a la pregunta

Contestado por erickcortes06
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Fuentes primarias y secundarias  

Antes de verificar la confiabilidad de nuestras fuentes, es esencial entender la diferencia entre fuentes primarias y secundarias. Un registro o fuente primaria es una creada  por un testigo presencial de un acontecimiento. Si el escritor registra el acontecimiento en  el momento que ocurre o lo describe tiempo después, no cambia el hecho que es un expe­- diente creado por un testigo presencial; es una fuente primaria sin importar el momento en  que escriba. Sin embargo, el período de tiempo entre el acontecimiento y la grabación del  acontecimiento podría afectar dramáticamente la exactitud de la fuente primaria.

Son ejemplos de fuentes primarias el asiento en el diario de una partera que describe el nacimiento de un niño que ella ayudó a nacer; el asiento de bautizo en el libro de la  parroquia, registrado por el sacerdote que realizó el sacramento o por el empleado de la parroquia que sirvió de testigo. El testimonio oral de una madre que describe el nacimiento de  uno de sus hijos también sería una fuente primaria para el nacimiento de ese niño.  

Una fuente secundaria se basa sobre la evidencia registrada por una persona que no  fue un testigo presencial, por tanto la evidencia fue recolectada después de que el acontecimiento ocurrió. Una partida de defunción es una fuente secundaria de los datos del nacimiento así como lo son datos del matrimonio que la partida de defunción contenga, aunque  si es una fuente primaria para verificar la fecha y el lugar de la muerte de una persona. El testimonio de una hija sobre la fecha y el lugar del matrimonio de sus padres es una fuente  secundaria porque se basa en su conocimiento en la observación de cuando sus padres celebraban su aniversario de boda.  

Las fuentes secundarias son tan valiosas como las fuentes primarias si contienen  descripciones exactas de acontecimientos. En general, sin embargo, las fuentes primarias  son descripciones más confiables de acontecimientos, especialmente si el testigo presencial  registró su testimonio en el tiempo que ocurrió del acontecimiento.  

Las fechas y los nombres de lugares pueden estar errados en ambas fuentes, primarias y secundarias. Cuando existen varios nombres o fechas que están en conflicto, el investigador debe determinar cual es la ocurrencia más temprana de los nombres y de las fechas  en fuentes primarias.  Normalmente la evidencia de las fuentes primarias tiene preferencia.  Si un censo registra la edad de una persona como de 20 años en 1850, pero su partida de  nacimiento diera 1835 como fecha, la partida de nacimiento tomaría precedencia.  Sin embargo, a veces una fuente primaria puede ser incorrecta.  Cuando se tiene duda, hay que  comparar las fuentes primarias con otras fuentes, especialmente expedientes basados en el  testimonio de parientes cercanos de testigos presenciales: niños, hermanos, esposos y padres.

Para verificar una evidencia oral o documental, no es necesario evaluar cada fecha, nombre y lugar. El investigador puede tomar una muestra—una en diez, por ejemplo—de  las fechas, de los nombres y de los lugares encontrados en una genealogía o una entrevista  y comprobarlas contra fuentes primarias: las partidas de nacimiento, de matrimonio y de  función son ejemplos.  

A menudo durante entrevistas los historiadores orales encontrarán descripciones de  los acontecimientos de la vida de una persona o en la historia de una familia que son momentos cruciales o puntos de discusión o de controversia. No puede haber interpretación  correcta de estos acontecimientos. En este caso es mejor entrevistarse con a dos o tres  personas más sobre estos acontecimientos, intentando siempre encontrar a los testigos que  estaban presentes a la hora del acontecimiento. Si los testigos presenciales ya no están vi  vos, el investigador debe buscar los diarios y las cartas de estos testigos presenciales. Si no  existe ningún testimonio escrito de ellos, el investigador debe entrevistarse con a dos o tres  personas que hayan tenido contacto largo e íntimo con testigos presenciales.  

Muchos de nosotros conservamos documentos familiares que pueden ser diarios personales, notas necrológicas y recordatorios de natalicios de familiares, copias manuscritas  de actas de bautismo, memorandos, fotos antiguas con anotaciones al reverso, copias de  testamentos.  Sin faltar las historias que nos contaron nuestros padres o abuelos. Aunque  algunas personas pueden tener lapsos en sus memorias, la mayor parte de lo que nos cuentan es verdad.  

La clave para evaluar el exactitud de un documento familiar o historia transmitida  verbalmente es preguntarnos si la persona que escribió el documento o que cuenta la historia presenció los hechos que narra.  Si no fue testigo presencial, debemos preguntarnos que  tan cercano fue a un testigo presencial.  

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