Castellano, pregunta formulada por gotik27, hace 1 año

hola me podrian ayudar con la respuesta correcta.

La cárcel interior.
Es probable que, por experiencia propia, cualquier persona conozca el estado depresivo que también puede manifestarse u ocultarse en un malestar psicosomático. Si se presta atención, no es difícil observar que la depresión surge casi con regularidad y frena la vitalidad espontánea cuando se ha reprimido algún impulso propio o un sentimiento intenso y no deseado. Así, por ejemplo, cuando un adulto no puede vivir el duelo por la pérdida de un ser querido, sino que intenta olvidar su aflicción distrayéndose, o cuando por miedo a perder una amistad suprime ante sí mismo la indignación que le produce el comportamiento del amigo idealizado, tendrá que contar probablemente con un estado depresivo. Pues la situación actual le recuerda la dependencia anterior, que él mantiene reprimida. Cuando empiece a prestar atención a este contexto, podrá sacar provecho de su depresión: ésta le permitirá enterarse de una serie de provechosas verdades sobre sí mismo.
Un niño aún no tiene esta posibilidad. El mecanismo de la autonegación no se deja entrever todavía en él; por otro lado, el niño, a diferencia del adulto, estará realmente amenazado por la intensidad de sus sentimientos si no cuenta con un entorno de apoyo o empático. Pero también el adulto podrá temer sus sentimientos como un niño mientras no sea consciente de las causas de este miedo. Esta fortísima intensidad de los sentimientos sólo vuelve a encontrarse en la pubertad. Sin embargo, el recuerdo de los sufrimientos de la pubertad, del no-poder-comprender-ni-clasificar los propios impulsos, permanece mejor grabado en nuestra memoria que los primeros traumas que a menudo se ocultan tras la imagen de una infancia idílica o tras una amnesia infantil casi total.
Fragmento. Alice Miller. El drama del niño dotado. 1998.
A partir de lo leído, podemos inferir que el propósito del texto anterior es:
Seleccione una:

a. Entretenernos con un cuento sobre un niño y un adulto en depresión. b. Convencernos de que la depresión en los niños es peor que la de los adultos.
c. No es posible identificar el propósito del texto anterior.
d. Informarnos sobre la diferencia entre la depresión en adultos con la que se
produce en niños.

Respuestas a la pregunta

Contestado por Josue357
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La cárcel interior.

Es probable que, por experiencia propia, cualquier persona conozca el estado depresivo que también puede manifestarse u ocultarse en un malestar psicosomático. Si se presta atención, no es difícil observar que la depresión surge casi con regularidad y frena la vitalidad espontánea cuando se ha reprimido algún impulso propio o un sentimiento intenso y no deseado. Así, por ejemplo, cuando un adulto no puede vivir el duelo por la pérdida de un ser querido, sino que intenta olvidar su aflicción distrayéndose, o cuando por miedo a perder una amistad suprime ante sí mismo la indignación que le produce el comportamiento del amigo idealizado, tendrá que contar probablemente con un estado depresivo. Pues la situación actual le recuerda la dependencia anterior, que él mantiene reprimida. Cuando empiece a prestar atención a este contexto, podrá sacar provecho de su depresión: ésta le permitirá enterarse de una serie de provechosas verdades sobre sí mismo.

Un niño aún no tiene esta posibilidad. El mecanismo de la autonegación no se deja entrever todavía en él; por otro lado, el niño, a diferencia del adulto, estará realmente amenazado por la intensidad de sus sentimientos si no cuenta con un entorno de apoyo o empático. Pero también el adulto podrá temer sus sentimientos como un niño mientras no sea consciente de las causas de este miedo. Esta fortísima intensidad de los sentimientos sólo vuelve a encontrarse en la pubertad. Sin embargo, el recuerdo de los sufrimientos de la pubertad, del no-poder-comprender-ni-clasificar los propios impulsos, permanece mejor grabado en nuestra memoria que los primeros traumas que a menudo se ocultan tras la imagen de una infancia idílica o tras una amnesia infantil casi total.

Fragmento. Alice Miller. El drama del niño dotado. 1998.

A partir de lo leído, podemos inferir que el propósito del texto anterior es:


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