hola cómo están. Quiero aser le una pregunta.
Cómo florece la palmera
cómo,no cuando por qué yo solo quiero saber cómo florece.
muchas gracias
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
Hace unos veinte años atrás prediqué un sermón acerca de este extraordinario símil de la Biblia. Mientras estuve en mi país Venezuela, y mirando una hermosa palmera en la casa de mi hermano, y coincidiendo con unas notas de este sermón predicado que me las recordara un viejo predicador venezolano (Ramón Alzuru), sentí volver a traer este mensaje en un nuevo contexto, pero manteniendo la esencia del significado y las aplicaciones que se desprenden de esta extraordinaria comparación para el creyente de hoy. De manera, pues, que aquí les comparto a todos ustedes este sermón con el presente título: El Justo Florecerá como la Palmera. Y lo primero que vino a mi mente fue por qué el Señor no dijo: “El justo florecerá como la manzana, el durazno, el aguacate o la naranja”. Bueno, la verdad es que el Señor que creó esta planta supo del porqué el creyente debe florecer como la palmera. El creyente nació para florecer. Nació para ser longevo en el ámbito espiritual y permanecer firme y sólido en medio de los tiempos. Nació urge en la vida para ser distinto. Pero, sobre todo, nació para dar muchos frutos. Así que nos hará muy bien estudiar esta comparación bíblica a la luz del deseo de Dios. Descubramos hoy la gran simbología y las grandes enseñas que se esconden detrás de este símil. Veamos las distintas razones por las que Dios nos trae a la memoria este salmo. ¿Qué significa florecer como la palmera?
Florecer como la palmera es ser distinto a los demás
En los países tropicales donde mayormente crece esta planta, nadie puede distinguir en la distancia a los demás árboles como pasa con la palmera. Bien puede el viajero recrear su vista y ver los árboles por un largo rato sin notar la diferencia, pero si en medio de esa vista panorámica aparece una solitaria palmera, pronto notará su diferencia. Sabrá que ella es diferente en sus hojas largas, su tallo esbelto y sus frutos. La palmera es símbolo de hermosura donde crece y como crece. Cuando afirmamos que el creyente debe florecer como la palmera, estamos destacando una de sus más distintivas características. En cuanto a sus hojas, el creyente debe ser una sombra para los que viven la inclemencia de un mundo que los asedia con su fatiga y su cansancio. Debe mantenerse como un tallo recto, erguido frente a todos los demás. Su distinción no es sinónimo de orgullo o arrogancia, más bien es la característica de su santidad por la clase de vida que representa. El creyente debe ser distinto en medio de los demás “arboles” de este mundo. Su conducta, palabras y acciones lo deben “delatar” como un auténtico creyente. La credibilidad de mi testimonio ante los demás es el evangelio posible. Es lo que los hombres califican o descalifican. ¿Somos distintos?
Florecer como la palmera es tener profundidad
Lo que caracteriza las raíces de palmera es que son delgadas y alargadas y llegan a medir entre 2 y 6 metros de largo. Y por ser considera una planta en lugar de un árbol, algunas de sus raíces pueden agarrarse sobre la superficie de manera que eso la hace más fuerte contra los vientos. Eso hace que esta planta sea única en su profundidad. Lo que es notorio de sus raíces es que siempre van buscando la humedad y van escarbando hasta encontrar el agua que le dará el sustento a su tallo. De esta manera, sus raíces les permiten una gran altura, capaz de soportar grandes vientos y enormes tempestades. Podrán moverse de un lado para otro, pero permanecen intactas, resistentes