HISTORIA SOBRE LA VIRGEN ESTELA MARIS
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Algunos asocian el título al pasaje de la Biblia 1 Reyes 18:41-45, que habla de una nube sobre el Mar, no más grande que la mano de un hombre, anunciando el final de una larga sequía; dicha nube es por tanto un símbolo de esperanza. Bajo este título, la Virgen María se considera que intercede como guía y protectora de los que viajan o buscar su sustento en la mar. Este aspecto de la Virgen ha llevado a llamar a la Virgen Estrella de la Mar y a su nombramiento como patrona de las misiones católicas a la gente de mar, el Apostolado del Mar, así como a que numerosas iglesias se llamen Stella Maris o Estrella del Mar (o de la Mar).
Alrededor del año 400 San Jerónimo escribió de María como stilla maris, o una gota del mar, y hay quien indica que el nombre puede venir de un error de copia o traducción de este concepto. El primer uso fiable de la expresión Stella Maris que aún conservamos se encuentra en los escritos de Pascasio Radbertus en el siglo IX, que escribió de María, Stella Maris, como una guía a seguir en el camino hacia Cristo para no zozobrar en medio de la tormenta que alza olas en el mar. De esta época procede también el himno Ave Maris Stella.
En el siglo XII, San Bernardo de Claraval escribió: Si surgen los vientos de la tentación, si te arrojan contra las rocas de la tribulación, mira a la estrella, llama a María; si te golpean las olas del orgullo, de la ambición, de la envidia, de la rivalidad, mira a la estrella, llama a María. En caso de que la ira, o la avaricia, o el deseo carnal asalten con violencia la frágil embarcación de tu alma, mira la estrella, llama a María.
Indica el Papa Pío XII en su encíclica Doctor Melifluus que las instrucciones de San Bernardo encajan admirablemente con la figura de María pues, así como el rayo de luz no disminuye el brillo de la estrella, tampoco el Niño nacido disminuyó la belleza de la virginidad de María.
La idea de María como una estrella que guía a la gente de mar ha llevado a la devoción a María, Estrella del Mar en muchos católicos y comunidades pesqueras costeras. Numerosas iglesias, escuelas y colegios se dedican a Stella Maris, Nuestra Señora Estrella de la Mar o María, Estrella de la Mar.
Hay quien asocia el título al pasaje de la Biblia 1 Reyes 18:41-45, que habla de una nube sobre el Mar, no más grande que la mano de un hombre, anunciando el final de una larga sequía; dicha nube es por tanto un símbolo de esperanza. Bajo este título, la Virgen María se considera que intercede como guía y protectora de los que viajan o buscan su sustento en el Mar. Este aspecto de la Virgen ha llevado a llamar a la Virgen Estrella de la Mar y a su nombramiento como patrona de las misiones católicas a la gente de mar, el Apostolado del Mar, así como a que numerosas iglesias se llamen Stella Maris o Estrella del Mar (o de la Mar).
Un mensaje similar se refleja en otro título de María, que aparece en la lista oficial de Letanías de Nuestra Señora: Estrella de la Mañana. Ambos títulos se refieren a María como un símbolo de esperanza y como una prefiguración de la inminente venida de Jesús. Una combinación de los dos temas produce Estrella de la Mar.
Alrededor del año 400 San Jerónimo escribió de María como stilla maris, o una gota del mar, y hay quien indica que el nombre puede venir de un error de copia o traducción de este concepto. El primer uso fiable de la expresión Stella Maris que aún conservamos se encuentra en los escritos de Pascasio Radbertus en el siglo IX, que escribió de María, Stella Maris, como una guía a seguir en el camino hacia Cristo para no zozobrar en medio de la tormenta que alza olas en el mar. De esta época procede también el himno Ave Maris Stella.