HISTORIA DE VENEZUELA... QUIENES HACEN LA HISTORIA?
QUIENES LA ESCRIBEN?
Respuestas a la pregunta
La historia de los vencedores
Es ya un tópico expresar que “la historia la escriben los vencedores”. Sin embargo, esta afirmación -y su consecuencia- no es del todo justa. Si bien en algunos episodios de la historia de la humanidad parece que solamente conocemos la versión de los vencedores -porque bien los vencidos fueron aniquilados o sus testimonios destruidos-, en muchos otros casos contamos con un relato distinto al de los ganadores, e incluso, en algunas guerras, ha prevalecido en el tiempo la versión de los vencidos por ser más grandilocuente y calar más hondo en el imaginario colectivo.
Démonos cuenta que no pudiéramos catalogar al famoso Napoleón Bonaparte como un triunfador en la historia, ni pensar que la Guerra de Vietnam ha sido escrita por sus vencedores. Tampoco es correcto asegurar que en la conquista de América hoy en día únicamente se tengan en cuenta las narraciones hechas por los conquistadores españoles o portugueses.
Además, esta expresión, que intenta menospreciar el conocimiento histórico por atender principalmente a los victoriosos, parece olvidar que algunos de los hechos del pasado solo han llegado a nosotros gracias a las narraciones de los vencedores, pues es naturaleza humana que los vencidos eviten dejar evidencia de sus derrotas. Esto, por ejemplo, es muy común en la Historia Antigua. Las tablillas asirias narran solo sus victorias, aunque sabemos que ellos perdieron un gran número de guerras por los testimonios dejados por sus adversarios, y en algunos casos, se aplica a la inversa. El problema real viene a los historiadores cuando la historia la narran los vencidos creyéndose vencedores o los vencedores creyéndose vencidos.
A ello debemos añadirle que el testimonio de los vencidos no tiene por qué ser más creíble que el de los vencedores. Más aún, resulta conveniente quitarle el peso dado a esta frase pues la dialéctica de vencedores y vencidos arrastra una deducción simplista. La historia del hombre es infinitamente más rica que sus oscuros periodos de guerras y enfrentamientos.
La diferencia entre el relato y la historia
Ya habrán notado la diferencia que intento marcar entre los relatos (el testimonio escrito de los hechos, correlativo al tiempo ocurrido), y el conocimiento histórico como consciencia lograda del pasado humano.
Los relatos que hablan sobre el pasado no son per se historia, como la uva no es el vino. Son la fuente principal de la cual se nutre, pero aún requieren de una maduración y decantación aislada, indispensable para poder obtener el producto final al que llamamos historia.
Así, respondiendo a mi amiga periodista le diría que la historia no se escribe en los periódicos. Tampoco se escribe en el discurso político, ni en las crónicas de los combatientes de guerra, por más ajustados que sus relatos sean al hecho real.
El conocimiento histórico tiene una cualificación específica, la realidad vista desde la perspectiva en el tiempo. Mientras, periodistas, políticos, y cualquier observador del presente ve la realidad desde su efervescencia y se enfrenta al vértigo de un futuro incierto, el historiador ha cruzado ya el umbral de “lo ocurrido” y su visión de los hechos goza de una profundidad característica. Es el senderista sentado desde lo alto de una colina viendo el valle con el camino ya transcurrido, frente al que aún lo está transitando y sufre los avatares de la ruta. Ambos ven el mismo espacio, aunque uno lo juzga ya desde la experiencia de lo andado y desde la tranquilidad de su silla.
No obstante, la historia es mucho más que un juicio mediado. Es tan complejo ocultar la huella histórica que todos los hombres tenemos, como peliagudo me resultaría a mí mostrarme como un descendiente directo de los vikingos -mi genética latina me delata con descaro-. De esto saben bien los rusos, que a pesar de los muchos esfuerzos de la Revolución Soviética por reescribir la historia de Rusia para hacerla más conveniente a sus idearios políticos, les fue imposible borrar los antecedentes de un pueblo marcado por los zares y los bizantinos.
Ello no quita que estemos invadidos de falsos discursos históricos. La Historia como muchas otras ciencias sociales es compleja y vulnerable, pero tiene una gran cualidad, es dinámica, asume su capacidad de error, y se corrige en la medida en que se descubren nuevas fuentes y el hombre sigue evolucionando hacia el entendimiento de su ser. A fin y al cabo, ese es su fin.
Respuesta:
Démonos cuenta que no pudiéramos catalogar al famoso Napoleón Bonaparte como un triunfador en la historia, ni pensar que la Guerra de Vietnam ha sido escrita por sus vencedores. Tampoco es correcto asegurar que en la conquista de América hoy en día únicamente se tengan en cuenta las narraciones hechas por los conquistadores españoles o portugueses.
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