historia de la educación para las Artes
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Educación artística
«Enseñanza artística» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Enseñanzas artísticas.
Para otros usos de este término, véase Escuela artística.
Los términos educación artística, pedagogía del arte, enseñanza del arte, aprendizaje del arte, enseñanza de las artes o alguna otra combinación son denominaciones para las diferentes modalidades y metodologías de enseñanza y aprendizaje del arte o las distintas artes y las instituciones creadas en su en torno.[cita requerida]
La clase de dibujo, Michael Sweerts, ca. 1656-1658.
Estudio del desnudo en una academia, Giovanni Battista Tiepolo, 1720.
Walker Art Center de Minneapolis, 1941.
Las principales divisiones de este campo son la educación plástica y visual (EPV), la pedagogía musical o educación musical (de la música) y la educación expresiva del cuerpo (de la expresión corporal y las artes escénicas -mímica, danza, teatro, artes circenses, etc.-). Los profesionales del arte o «artistas» suelen destacar específicamente en alguna de ellas por sus condiciones naturales o «talento artístico»; sin embargo, como en toda profesión o actividad humana, se requiere de entrenamiento, estudio y constante actualización. Los estudiantes de las distintas disciplinas artísticas pueden especializarse de forma extrema en una sola para alcanzar el virtuosismo o buscar su capacitación en otras, bien próximas o bien muy diferentes, formándose en nuevas manifestaciones artísticas y pedagógicas, con el fin de lograr un amplio panorama del campo de la expresión artística.
La educación artística incluye tanto la formación reglada u «oficial» que se ofrece a los que aspiran a una carrera profesional en el mundo del arte (que inicialmente se hacía en el entorno gremial de los talleres de oficios artísticos y posteriormente en el entorno de las academias, frente al que reaccionó el arte contemporáneo con la formación autodidacta y el arte alternativo y «bohemio» de los grupos de artistas, las «secesiones» y los refusés —«rechazados»—) como la formación que se ofrece a todos los niños y jóvenes en el entorno escolar (con distintas asignaturas regladas del currículo y con actividades extraescolares o como educación compensatoria) [1] y la oferta de educación no formal y animación sociocultural que se pone a disposición de los dilettanti o amateurs («aficionados») adultos, así como los programas educativos de museos, centros culturales, ocupacionales, recreativos, universidades (extensión universitaria), prisiones, agencias de servicio social e incluso el arte callejero[2].
A pesar de todas las renovaciones conceptuales y metodológicas en la educación en general, y en la artística en particular, la base de todo aprendizaje de las artes siempre ha sido la imitación del maestro por el discípulo y la búsqueda de la perfección a través de la repetición de la copia de los modelos, independientemente del papel mayor o menor que se considere que debe ocupar el desarrollo de la propia creatividad y el concepto de la originalidad.
La educación artística desarrolla capacidades, actitudes, hábitos y comportamientos, potencia habilidades y destrezas, y además es un medio de interacción, comunicación y expresión de sentimientos, emociones y actitudes, que permite la formación integral del niño, del joven y del adulto. Todas las facetas del campo ayudan a enriquecer estas enseñanzas: historia e historiografía del arte, filosofía del arte (estética), teoría del arte, crítica de arte, y los contenidos de cada una de las actividades llamadas «artes», «artes y oficios» y «diseños» (y sus diferentes tipos), junto con las tendencias contemporáneas no encasilladas en el arte tradicional o convencional (arte comunitario, arte relacional, video-arte, cómic, bioarte, animación, etc.) y el uso de las TICs a través de ellas y en las propuestas didácticas que las presentan, que pueden hacerse así más afines a la población meta.
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