Historia de doy para recibir
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Había un criador de caballos llamado José, quien, desde niño, era hábil con las
matemáticas. Era tan bueno en eso, que muchas personas lo buscaban para que les
ayudara a hacer las cuentas, ya que podía resolver cualquier problema.
Un día, José paseaba a sus caballos y se encontró a don Agustín muy pensativamente,
sentado debajo de un árbol. Se acerco y le pregunto:
¡Buen día, don Agustín! ¿Por qué tan pensativo?
-Porque no hallo como conseguir un socio para hacer un negocio respondió el hombre
Platíqueme en qué consiste es negocio , pidió José
Me dedico a rentar caballos a varios ranchos de la región y ahorita estoy preocupado porque
tres ranchos quieren rentar mis caballos al mismo tiempo: el dueño del rancho “La Gaviota” me
pidió la mitad de los caballos que tengo en mi caballeriza; el del rancho “La Herradura” solicito
cinco; y el del rancho “La Bonita” necesita dos caballos. Por las cuentas que hice, no me alcanzan
los caballos que tengo para atender a los tres ranchos a la vez y no quisiera quedar mal con
alguno de ellos porque han sido muy buenos clientes.
¿Pues cuantos caballos tiene usted? Pregunto José
Tengo ocho caballos, así que me faltan tres para poder rentar los 11 que me están pidiendo,
explico don Agustín.
-Yo también tengo caballos: ¿que ganaría yo si se los presta
para completarle la cantidad que necesita?
Pregunto José
¡Ah don José! Usted tiene forma de ser muy entendido para estas cuestiones. Por
supuesto que si usted me presta sus caballos, va recibir una parte de mi ganancia,
contesto don Agustín; los tres caballos que me hacen falta representan casi la cuarta
parte de los 11 que debo rentar; por lo tanto, a usted le tocaría una parte de lo que yo
cobre.
José pensó un instante, y de inmediato llamo a uno de sus trabajadores para solicitarle
que llevara tres caballos a la caballeriza de don Agustín, quien quedo complacido por la
rapidez con la que el hombre tomo la decisión.
A la semana siguiente, llego uno de los trabajadores de don Agustín a la casa de José,
con los tres caballos prestados y el pago que le correspondía. José dio una palmada
afectuosa a sus caballos y acepto gustoso el dinero.
Así, ambos hombres hicieron un buen negocio y quedaron contentos
Explicación paso a paso: