Religión, pregunta formulada por yanirira, hace 1 año

hinmo del señor de laos milagros

Respuestas a la pregunta

Contestado por karenstefaniacortez
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HIMNO AL SEÑOR DE LOS MILAGROS

Señor de los Milagros, a ti venimos en procesión

tus fieles devotos, a implorar tu bendición. (bis)

Faro que guía, da a nuestras almas

la fe, esperanza, la caridad,

tu amor divino nos ilumine,

nos haga dignos de tu bondad.

Señor de los Milagros, a ti venimos en procesión

tus fieles devotos, a implorar tu bendición. (bis)

Con paso firme de buen cristiano

hagamos grande nuestro Perú,

y unidos todos como una fuerza

te suplicamos nos des tu luz.

Señor de los Milagros, a ti venimos en procesión

tus fieles devotos, a implorar tu bendición. (bis)

Letra y música: Isabel Rodríguez Larraín

Contestado por ruth3004
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hinmo del señor de los milagro

Señor de los Milagros, a Tí venimos en procesión  

tus fieles devotos, a implorar tu bendición.(bis)  

Faro que guía, da a nuestras almas  

la fe, esperanza, la caridad,  

tu amor divino nos ilumine,  

nos haga dignos de tu bondad.  

Señor de los Milagros, a Tí venimos en procesión  

tus fieles devotos, a implorar tu bendición.(bis)  

Con paso firme de buen cristiano  

hagamos grande nuestro Perú,  

y unidos todos como una fuerza  

te suplicamos nos des tu luz.  

Señor de los Milagros, a Tí venimos en procesión  

tus fieles devotos, a implorar tu bendición.(bis)  

*********************************

Cientos de miles de voces, todos los años en el

mes de octubre, unen sus corazones para dirigirse

al milagroso Cristo de Pachacamilla, el Señor de

los Temblores, el Señor de los Milagros que desde

hace más de trescientos años sale a recorrer las

calles de Lima para derramar sus gracias y  

bendiciones al pueblo limeño.  

Hábitos morados en señal de penitencia y unión

con el Cristo de la Cruz, gargantas llenas de fe,

gargantas que piden milagros, corazones endurecidos

que piden la reconciliación con el Padre, manos y

voces unidas para alabar y bendecir al Hijo, a

Cristo que, crucificado, renueva en los hombres el

sentido del dolor y del sufrimiento.

 

Cuenta la historia que a mitad del siglo diecisiete

un mulato cuyo nombre ha quedado oculto, pintó en  

un muro de adobe la imagen que ahora se guarda

en el templo de las Nazarenas. El año 1670, al pasar

junto a una acequia y basural, Antonio de León vio

la pintura de Jesús crucificado sobre este muro,  

     a lo único que quedaba de una antigua defensa

militar.

En 1655 un terremoto asoló Lima, pero el muro quedó  

en pie y olvidado por todos. Quince años después, a

pesar de lo húmedo y olvidado que estuvo el mural,

seguía en pie con la pintura como si nada hubiese  

pasado. Sorprendido por este hecho, Antonio de León

arregló el lugar, construyó un altar y tuvo que

detener su obra por un extraño mal que lo aquejó.  

Curado milagrosamente del mismo, con mayor fervor

fue donde la imagen milagrosa, para honrarla con

arpa, cajón y músicos.

Faro que guía/ da a nuestras almas/ la fe, esperanza,

la caridad/ tu amor divino nos ilumine/ nos haga  

dignos de tu bondad...

Canta el pueblo peruano cuando sale el Señor el  

primer sábado de octubre, el 18 y el 28 del mismo

mes, así como el 3 de noviembre, fecha en que se  

guarda hasta el siguiente año. El 28, día de la  

fiesta principal, casi un millón de personas acude

ante la imagen que por un lado muestra al Señor en

el Gólgota y por otro a la Virgen de la Nube. La

hermandad consta de diversas cuadrillas, casi

todas ellas encargadas de llevar sobre sus hombros

la imagen santa, pero también hay algunas especiales,

como la dedicada a los enfermos, a la seguridad, a

preparar el anda para la procesión. La imagen que

se guarda en el templo de las Nazarenas está  

custodiada por las religiosas que reciben el mismo

nombre pues, en virtud de una concesión de la Santa  

Sede, son religiosas de clausura de espiritualidad

carmelitana, pero visten el hábito morado y reciben

el nombre del Señor a quien cuidan.

En 1671 más de un centenar de personas se reunían  

para alabar con sus cantos y fiestas al Señor. En

vista del ruido que se armaba, las autoridades  

mandaron destruir el muro, pero con gran sopresa  

vieron que ocurrían diversos fenómenos que hacían  

imposible derribarlo. El día 14 de septiembre del  

mismo año, en que la Iglesia recuerda la exaltación

de la Santa Cruz, se celebró por primera vez la Misa

junto a la imagen. En estos años se añadieron las  

imágenes de la Virgen y San Juan, así como las del

Padre Eterno y del Espíritu Santo.

Con paso firme, de buen cristiano/ hagamos grande

nuestro Perú/ y unidos todos como una fuerza/

te suplicamos nos des tu luz.

Grande es la fe del pueblo peruano, que une sus  

dolores y vida a la del Cristo sufriente,pidiera  

el Santo Padre en su visita al Perú, grande la  

confianza en que, unido a la abundancia de las  

gracias divinas, se vivirá la Civilización del

Amor, en la perspectiva del Tercer Milenio.

El 20 de octubre de 1687 se hizo una reproducción

de la imagen para poder ser sacada en procesión,

ante los continuos temblores. En 1746 salió por

segunda vez. Poco después un grupo de personas  

que había ido creciendo hasta convertirla en una  

de las manifestaciones de religiosidad popular

más grandes de Latinoamérica, se ha ido sumando  

para pedir al Señor de Pachacamilla que la fe no  

sea vencida, que conserve íntegra la esperanza,

que en nuestra Patria se viva el amor como lo  

vivió el mismo Señor en la Cruz.

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