herencia artistica y cultural de ciudad caribia
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Maykel Paneque
Como ya es habitual, el grupo musical Son Caribia parece estar donde quiera que se realice una actividad cultural, algo que se han ganado a pesar de muchos pesares, pero que se lo han ganado. La más reciente de sus apariciones fue en el campamento Construpatria, a dos kilómetro de Ciudad Caribia, que acoge a unos 150 constructores cubanos, responsables en parte de la mayoría de las edificaciones que articulan el ambicioso proyecto de Hugo Chávez de crear la primera urbanización de carácter socialista en Venezuela. Estamos hablando de Ciudad Caribia, por supuesto.
Las despedidas siempre son difíciles, más cuando durante dos años el roce diario ha propiciado la vivencia de grandes sacudidas, pérdidas irreparables y más de una emoción un tanto inconfesable, de ahí que en el momento del adiós una lágrima asomara, un abrazo apretara y unas palabras intentando decir algo relevante se enredaran emocionadas y dieran no más “sólo quiero decir que los quiero y los extrañaré, nada más”.
Al principio, estamos hablando de cuando el grupo no tenía aún nombre y sí unas canciones para interpretar y unos aficionados para intentar el ridículo (ridículo que nunca se concretó), en aquel lejano principio pocos imaginamos que el grupo sería lo que es hoy y que llegaría a ser pedido incluso por la autoridad única de Ciudad Caribia, Xiomara Alfaro, para que participara como figura de primer orden en las celebraciones por el 3er aniversario de la ciudad.
Muchos, me incluyo por supuesto, nunca creímos en serio que el grupo iba a terminar siendo lo que es, parte de nuestra rutina y de nuestra soledad, de nuestra sorpresas, tristezas y alegrías. Quizás el único que creyó de veras en la envergadura del proyecto (armar un grupo musical integrado por constructores cubanos que laboran 10 horas diarias y regresan del trabajo más que extenuados para ensayar) fuera su creador y fundador, el profesor Emilio, colaborador de excelencia de la Misión Cultura Corazón Adentro.
A los demás nos parecía primero una idea alocada, luego un pasatiempo, y ahora algo a lo que hay que prestarle atención en serio. Cuando se mira aquel momento desde el ahora, no queda otro remedio que reconocer cuán equivocados estamos. Debe ser por ese remordimiento que estoy intentando estas palabras que expliquen en alguna medida mis disculpas por mi descreencia.
Hoy se van para Cuba, pero se quedan en Venezuela, los constructores Roberto, Magdiel, Lázaro y Alberto. Mañana, ¿acaso no lo sabemos ya? serán Yuri, Tabares, El Niño, Over. Pasado mañana serán El Indio, Frías, Pinar o el Jimagua, y la tristeza y la melancolía, pero también la alegría por los momentos compartidos, volverán a sacudirnos una vez más, y, ¿acaso no lo sabemos ya?, ya no seremos los mismos cuando nos falten esos compañeros con los que tropezábamos a diario y jaraneábamos con ellos, y nos burlábamos recíprocamente, y con ellos contábamos también los días definitivos para regresar a una patria más amable, como dijera el poeta.
Y cómo dijera también otro poeta, la ausencia nos marcará para siempre, y tan adentro, que iremos por la vida sintiendo (sin mariconeria, claro está) que nos falta algo para seguir adelante, pero que tenemos que seguir. Diga lo suyo poeta, para terminar esta perorata que ya sabe a melancolía. “Uno a veces vive el intento de vivir, para ver si esos seres que anunciaron la alegría de pertenecernos se compadecen y deciden visitarnos inesperadamente”. De eso se trata, de vivir hasta la próxima despedida y asistir a su adiós nunca definitivo. Para entonces no seremos los mismos, pero seremos resistiendo el tiempo de regresar a Cuba, y con eso basta. Y sobra también
Explicación:
quiero coronita