Hay refranes o dichos que usan las personas mayores que conocen y que no entiendan.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1. “A buey viejo, cencerro nuevo” –
• Hace referencia a los viejos que resultan ridículos por arreglarse como si fueran jóvenes, algo impropio para su edad.
• También puede aplicarse al matrimonio entre personas de edades diferentes.
• Este refrán se encuentra en desuso ya que lo que prima en este momento es que las personas mayores se arreglen, se cuiden, se mimen para gustarse a si mismos y gustar a los demás. Llegar a mayores no significa que haya que abandonarse, al contrario, en esta nueva juventud, libres de preocupaciones debemos centrarnos en el cuidado de nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro espíritu.
2. “A caballero nuevo, caballo viejo” / “A caballo nuevo, jinete viejo”–
• Indica que la experiencia de la persona madura debe encauzar la osadía y la intrepidez de la juventud.
• Los mayores somos los que mejor podemos guiar a los jóvenes de nuestras familias. Nuestros nietos agradecerán de por vida nuestras enseñanzas de vida y podrán transmitirlas a los suyos cuando llegue el momento.
3. “A moro viejo, no aprendas algarabía” / “A todo pardal viejo no lo toman en todas las redes” –
• No hay que pretender enseñar a quien es maestro en la materia.
4. “A perro viejo, no hay tus, tus” –
• Es muy difícil engañar con halagos u obsequios a la persona mayor y experimentada.
5. “Al hombre viejo, múdale la tierra y dará el pellejo” –
• Las personas mayores están acostumbradas a un clima, a su casa y a sus hábitos, por lo que llevarlos a otro lugar les afecta bastante, incluso a veces puede costarles la vida.
• Tristemente suele pasar con los más ancianos, cuando se les traslada por cuestiones de salud a los centros hospitalarios o a residencias geriátricas, su luz se apaga en poco tiempo.
6. “Aunque seas muy sabio y viejo, no desdeñes el consejo” –
• Siempre es conveniente reforzar nuestro criterio con los consejos que podamos recibir.
7. “A la vejez, aladares de pez” / “Canas son que no lunares, cuando comienzan por los aladares” –
• Critica al anciano que se tiñe las canas para parecer más joven.
• Critica a quien trata de negar lo que resulta natural por el paso de los años.
• Como ya supondréis este es otro de los refranes que se encuentran en desuso porque como ya indiqué con anterioridad la sociedad ha cambiado y nunca se es demasiado viejo para sentirse joven por dentro y por fuera.
8. “A la vejez, viruelas” / “A la vejez, pastillas” –
• Se dice en tono irónico cuando alguien de cierta edad actúa según es costumbre en la juventud, incluido en el amor.
• Se refiere especialmente a quien se resiste a envejecer y lo demuestra haciendo conquistas amorosas.
9. “A mocedad ociosa, vejez trabajosa” –
• Hay que aprovechar la juventud para trabajar los años en que tenemos energías, porque de otro modo cuando nos hagamos mayores pasaremos apuros o trataremos de recuperar las oportunidades perdidas.
10. “Donde hay celos, hay amor; donde hay viejos, hay dolor” –
• El paso de los años produce en quienes los cumplen tristezas y malestar a causa de la pérdida de las fuerzas físicas y económicas, así como por la ausencia de seres queridos.
Si, hay muchos refranes que usan las personas mayores y que logro entender, por ejemplo: Guerra avisada no mata a soldado, y si lo mata es por descuidado. A caballo regalado no se le mira el colmillo. Más vale pájaro en mano que cien volando.
Algunos otros refranes:
- Atardecer ‘colorao’, viento ‘asegurao’. Andrés Antonio Soler. 75 años. Villajoyosa (Alicante).
- El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona. Inés Salas. 80 años. Palma de Mallorca.
- Si quieres sardina y mujer fina, santanderina. Rosendo Polanco. 82 años. Bárcena de Cudón (Cantabria).
- El melón y el casamiento, ha de ser con tiento. Carmen Cabañas. 72 años. Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real).
- Quien compra lo que no puede, vende lo que le duele. Antolina Ollero. 92 años (Toledo).
- Día de agua, taberna o fragua. Ángel Miguel Sanabria. 84 años (Zamora).
- Dos caminos tiene el dinero. Viene despacio y se va ligero. María Molina. 90 años. Barcelona.