Haga un resumen del Cuento LA MUJER Y EL SABIO
Respuestas a la pregunta
Había una mujer que siempre estaba pensando en que, para ser mejor persona y ayudar a los demás, primero tenía que tener todo el conocimiento que existía en el mundo. Eso la hacía sufrir mucho y se sentía infeliz. Cierto día decidió irse a vivir a una cueva en las montañas donde vivía un sabio, para que la ayudara a aprender todo lo que pudiera saber de la vida.
El sabio le dio entonces una gran cantidad de libros y la dejó sola para que pudiera estudiar. Cada mañana, el sabio regresaba a la cueva a ver el progreso de la mujer. En su mano llevaba un pesado bastón de madera. Y cada mañana le hacía la misma pregunta.
–¿Ya has aprendido todo lo que se puede saber? Y cada mañana la respuesta de la mujer era la misma.
–No, decía, todavía no lo he logrado. El sabio entonces tomaba el bastón y le daba un suave golpe en la cabeza.
Esa forma de tratarla se repitió durante varias semanas. Pero un día, cuando el maestro entró en la cueva, le preguntó lo mismo, escuchó la misma respuesta y levantó su bastón. La mujer le cogió el bastón, parando el golpe en el aire.
Ella se sintió aliviada al haber dado fin a esos golpes que recibía todos los días. Sin embargo, tenía miedo de que el sabio la regañara. Entonces volvió la vista hacia él y para su sorpresa, él le sonrió.
–Felicidades, le dijo, ya te has graduado. Ahora sabes todo lo que necesitas saber para vivir.
–¿Cómo es eso? preguntó la mujer.
–Has comprendido que nunca aprenderás todo lo que se puede saber, contestó. Y has aprendido a ser valiente y a no dejar que nada ni nadie te produzca, ni siquiera, un mínimo dolor, le respondió el sabio.
De ese modo la mujer entendió la lección:
Que en la vida nunca se puede llegar a saberlo todo ni a comprenderlo todo y que eso no es motivo para ser infeliz.
Que hay que dar lo mejor de nosotros mismos sin pretender nada a cambio.
Que hay que tener tolerancia, pues todos los seres humanos somos distintos y que no se les debe imponer nuestra voluntad.
Aprendió además, que a través del dolor no se encuentra la felicidad porque ésta nace en nosotros mismos y de ese modo, la podemos compartir con los demás.
Explicación:
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