Hacia el siglo II a.C, y tras su victoria sobre Cartago en las Guerras Púnicas, la República romana era la primera potencia política y militar del Mediterráneo. El poder y la cultura de Roma empezaban a ejercer en ese ámbito un poder que habría de continuar durante varios siglos, pero su creciente extensión territorial terminaría por convertirse en el primer y más importante de los enemigos de la configuración política de la República. En su apogeo, (27 a.C.-235 d.C., aproximadamente), el imperio romano abarcaba grandes extensiones de tres continentes: Europa, África y Asia. Abarcaba también un número incontable de culturas, lenguas, climas y dietas alimentarias. Había en él nómadas y agricultores sedentarios, tribus primitivas y ciudadanos cultos, bandidos y filósofos platónicos. Las gentes de la época explicaban el progreso de Roma diciendo que se debía al carácter moral, las instituciones políticas, el talento militar y la buena suerte del pueblo romano. Autores de la era de Augusto (31 a.C.-14 d.C.) decían también que el entorno físico (geográfico) de Roma lo favoreció. ¿Cómo era gobernado? ¿Qué fuerzas de cohesión lo mantenían unido? ¿Cuál fue el resultado de la confrontación de instituciones imperiales y locales, de costumbres y valores? ¿De qué modo la sociedad y la cultura de la capital del imperio (Roma) se adaptaron a las influencias extranjeras (especialmente griegas y orientales) y a los requisitos de los emperadores? ¿Qué cambios representó para los romanos, los italianos y los habitantes de las provincias, que la monarquía sustituyera a la oligarquía? Comenzaremos con los propios ciudadanos romanos, considerados como hombres libres y adscritos al derecho de ciudadanía romana. La mayor parte de estos eran hombres nacidos libres, que tenían la categoría social de ingenui (hombres libres que nacían libres). Se consideraban superiores a los esclavos, que eran los hombres que carecían de derechos. Sin embargo, hay que distinguir entre los hombres libres, ya que unos eran ciudadanos protegidos por la ley y otros se sometían a ella. Por ello, los romanos seguían un orden social de tipo jerárquico dividido en la base en la que están los humildes o humiliores, que eran los que componían la plebe, y a continuación, los honestiores, considerados como los ciudadanos de bien. Para poder acceder a esta clase social era requisito básico el tener una fortuna mínima de cinco mil sestercios. Esta clase social se dividía entre los que no tenían el rango de ordo y no podían servir al Estado (y que vivían en unas condiciones bastante precarias), la clase ecuestre (que podía mandar a las tropas auxiliares y cumplir con determinadas funciones civiles) y el ordo senatorial, que estaba situado en lo más alto. Este sistema tuvo algunas variaciones durante la época del imperio, momento en el que el príncipe se consideraba como el primer ciudadano entre todos, la personalidad que está por encima del Senado y del pueblo. Era la encarnación de la ley, el vínculo entre los distintos pueblos que formaban el imperio. Después del príncipe vendrían todos los demás ciudadanos, divididos tal y como acabamos de plantear. Estos compartimentos sociales eran movibles, lo que permitía el ascenso o descenso entre las diferentes capas que la misma sociedad había elaborado: Es generalmente conocido lo que Roma significa para la civilización política del mundo occidental moderno: el Estado de Derecho, en el que fue llevado a cabo una profunda separación del Derecho público y el Derecho privado; su fundamento en la igualdad de derechos para todos los ciudadanos; el Derecho romano como la técnica mejor y más apropiada para la administración de un Estado de grandes extensiones; el Derecho natural como la justificación de un orden universal racional.
“¿A dónde fueron los albañiles la noche en que fue terminada la Muralla China? La gran Roma está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió? ¿Sobre quiénes triunfaron los Césares? ¿Es que Bizancio, la tan cantada, sólo tenía palacios para sus habitantes? Hasta en la legendaria Atlántida, la noche en que el mar se la tragaba, los que se hundían, gritaban llamando a sus esclavos. El joven Alejandro conquistó la India. ¿Él solo? César derrotó a los galos. ¿No llevaba siquiera cocinero?” Fragmento del poema: Preguntas de un obrero que lee, por Bertolt Brecht
¿Qué mensaje le deja el anterior poema?
1. ¿De qué manera impuso el imperio romano sus valores, cultura y leyes?
2. Cual era la organización Social Romana durante la época del imperio:
3. ¿Cómo se llamaron las guerras entre romanos y cartagineses?
a) guerras hispánicas
b) guerras púnicas
c) guerras cartaginesas
d) ninguna de las tres
4. Persona con más poder durante el Imperio.
a) Rey b) Emperador c) Gladiador d) Senador
plis es para hoy
Respuestas a la pregunta
Explicación:
convertirse en el primer y más importante de los enemigos de la configuración política de la República. En su apogeo, (27 a.C.-235 d.C., aproximadamente), el imperio romano abarcaba grandes extensiones de tres continentes: Europa, África y Asia. Abarcaba también un número incontable de culturas, lenguas, climas y dietas alimentarias. Había en él nómadas y agricultores sedentarios, tribus primitivas y ciudadanos cultos, bandidos y filósofos platónicos. Las gentes de la época explicaban el progreso de Roma diciendo que se debía al carácter moral, las instituciones políticas, el talento militar y la buena suerte del pueblo romano. Autores de la era de Augusto (31 a.C.-14 d.C.) decían también que el entorno físico (geográfico) de Roma lo favoreció. ¿Cómo era gobernado? ¿Qué fuerzas de cohesión lo mantenían unido? ¿Cuál fue el resultado de la confrontación de instituciones imperiales y locales, de costumbres y valores? ¿De qué modo la sociedad y la cultura de la capital del imperio (Roma) se adaptaron a las influencias extranjeras (especialmente griegas y orientales) y a los requisitos de los emperadores? ¿Qué cambios representó para los romanos, los italianos y los habitantes de las provincias, que la monarquía sustituyera a la oligarquía? Comenzaremos con los propios ciudadanos romanos, considerados como hombres libres y adscritos al derecho de ciudadanía romana. La mayor parte de estos eran hombres nacidos libres, que tenían la