¿Hacia dónde se dirige Odiseo?, ¿por qué lleva tal cargamento?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
. Entonces, se dirige a casa de Eumeo,Después, padre e hijo planean la venganza contra los pretendientes.
Explicación:
espero que te ayude
Respuesta:
Pronto llegamos a la gruta; mas no dimos con él, porque estaba apacentando las pingües ovejas. Entramos y
nos pusimos a contemplar con admiración y una por una todas las cosas; había zarzos cargados de quesos; los
establos rebosaban de corderos y cabritos, hallándose encerrado, separadamente los mayores, los medianos y
los recentales; y goteaba el suero de todas las vasijas, tarros y barreños, de que se servía para ordeñar. Los
compañeros empezaron a suplicarme que nos apoderásemos de algunos quesos y nos fuéramos, y que luego,
sacando prestamente de los establos los cabritos y los corderos, y conduciéndolos a la velera nave, surcáramos
de nuevo el salobre mar. Mas yo no me dejé persuadir —mucho mejor hubiera sido seguir su consejo— con el
propósito de ver a aquel y probar si me ofrecería los dones de la hospitalidad. Pero su venida no había de serles
grata a mis compañeros.
Encendimos fuego, ofrecimos un sacrificio a los dioses, tomamos algunos quesos, comimos, y le aguardamos,
sentados en la gruta, hasta que volvió con el ganado. Traía una gran carga de leña seca para preparar su comida
y la descargó dentro de la cueva con tal estruendo que nosotros, llenos de temor, nos refugiamos
apresuradamente en lo más hondo de la misma. Luego metió en el espacioso antro todas las pingües ovejas que
tenía que ordeñar, dejando a la puerta, dentro del recinto de altas paredes, los carneros y los bucos. Después
cerró la puerta con un pedrejón grande y pesado que llevó a pulso y que no hubiesen podido mover del suelo
veintidós sólidos carros de cuatro ruedas. ¡Tan inmenso era el peñasco que colocó a la entrada! Se sentó
enseguida, ordeñó las ovejas y las baladoras cabras, todo como debe hacerse, y a cada una le puso su hijito.
A la hora, haciendo cuajar la mitad de la blanca leche, la amontonó en canastillos de mimbre, y vertió la restante
en unos vasos para bebérsela y así le serviría de cena.