Religión, pregunta formulada por angui01, hace 1 año

hablar sobre la 1ra comunidad cristiana

Respuestas a la pregunta

Contestado por josetmp2018
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Respuesta:

Tras la muerte de Jesús en torno al año 30 d. C., los discípulos de este se quedaron solos. ¿Cuándo llegará el Reino que nos prometió?, se preguntaban. Pero el Reino no llegaba. El desconcierto fue largo y penoso, pero a la postre los discípulos se pusieron manos a la obra y comenzaron a predicar y pensar qué camino debían seguir ellos y sus nuevos adeptos. Los primeros cristianos de los siglos I y II viven un cristianismo muy rico, con no una sino muchísimas ideas que no siempre terminaban cuajando, pero que alentaban la proliferación de escritos que defendieran cada una de las distintas percepciones que se tenían sobre alguna cuestión concreta respecto a Cristo y su Evangelio. Al igual que no hubo un solo cristianismo, tampoco hubo una sola Iglesia, y las distintas facciones, cada vez más alejadas del judaísmo que les había gestado, se vieron en la necesidad de unificar criterios en su lucha contra las heterodoxias. Mientras tanto, muchos cristianos vivían bajo la amenaza de la intolerancia de algunos gobernadores y otras autoridades romanas locales, aunque no de una persecución sistemática en todo el Imperio. El martirio llamaba a sus puertas, prometiendo una salvación celestial con todos los honores, a la diestra del mismísimo Cristo.

La difusión del cristianismo en el Imperio romano (siglos I y II d.

El movimiento de Jesús, nacido en Galilea durante el gobierno de Tiberio (en torno a los años treinta de nuestra era), de orígenes campesinos, con un claro componente mesiánico y centrado en torno al reino de Dios, no solo no desapareció tras la muerte ignominiosa de su líder, como pasó con otros movimientos religiosos de su tiempo, sino que se transformó en el movimiento cristiano, un grupo religioso aglutinado en torno al propio Jesús, con una gran capacidad para sobrevivir e incluso expandirse rápidamente por el Imperio romano. El artículo viene acompañado por un mapa del Imperio romano a comienzos del siglo II en el que se destacan las primeras iglesias y los primeros mártires y personajes más relevantes del primer cristianismo.

Las primeras heterodoxias

Es bien sabido que Jesús no dejó nada escrito, no por algún sentimiento ágrafo, sino porque la norma consuetudinaria prohibía que las discusiones entre “rabinos” que tuvieran como centro la ley de Moisés u otra parte de la Biblia de entonces se convirtieran en texto escrito, para que no tuvieran el mismo rango que las “Escrituras” sagradas. Es fácil adivinar que, como la teología cristiana comenzó reinterpretando las palabras y hechos de Jesús transmitidos por la tradición oral, las discusiones acerca del significado de su figura y misión fueran muy variadas, sobre todo en aquellos campos en los que no había ni sentencias de Jesús al respecto. Así, en los primeros tiempos del movimiento judeocristiano había un conjunto abigarrado de interpretaciones sobre Jesús y su legado, donde no era posible distinguir qué era lo ortodoxo y qué lo heterodoxo. Abundaban los que podían considerarse –para unos– “falsos maestros” y profetas, y –para otros– predicadores de la interpretación correcta sobre Jesús. Eso explica las quejas sobe heterodoxias que parecen ya en el Nuevo Testamento, nuestra única fuente de información para los primeros momentos de lo que sería con el tiempo el “cristianismo”. El artículo se acompaña de una ilustración de Juan Delgado en la que vemos a Marción, líder de una importante iglesia heterodoxa, predicando en el puerto fluvial de Roma. Además, se añade también una gráfica en la que se observan las principales discusiones teológicas y tendencias heterodoxas que el cristianismo ortodoxo de la Gran Iglesia de Roma trataría de combatir en su búsqueda de una unidad de creencias.

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