habla ampliamente sobre la paz y ser
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La paz tal vez no pueda explicarse, sino más bien ser sentida y practicada.
Con harta frecuencia se pide la paz en el mundo, pero ¿qué tipo de paz se
solicita? Generalmente, nos referimos a la paz extema, aquella que perturba
de manera violenta la convivencia humana, la más visible y manifiestamente
enojosa. Sin embargo, pocas veces aludimos a la paz interior de la persona, a
aquella que exige mirar hacia adentro y que, luego, nos permite mirar hacia
afuera a través de la ventana del mundo.
Decía el secretario general de la ONU, Javier Pérez de Cuéllar (1986), que
la paz debe comenzar en cada uno de nosotros. A través de una reflexión introspectiva y seria sobre su significado se pueden encontrar formas nuevas y creativas de promover el entendimiento, la amistad y la cooperación entre todos los
pueblos. La paz, pues, en su forma más pura se dice que es silencio interno
lleno del poder de la verdad, serenidad y ausencia de conflicto.
Pero, no todos han suscrito esta reflexión ni han conceptuado la paz de
esta manera. Si vis pacem -decían los romanos-para bellum. Preparar la guerra para construir la paz no parece hoy una buena solución. Pero, sin embargo, sigue practicándose el «arte» de la guerra aduciendo razones de la más
diversas índole para conseguir la paz. Un mal camino.
Tampoco nos parece justo considerar la paz como la ausencia de guerra,
cosa bastante común en nuestros días. Es un hecho constatado que el fin de
la guerra es una condición necesaria, pero no suficiente para el establecimiento de la paz. Demasiados ejemplos podríamos aducir para confirmar
nuestra aserción. Donde reina la pobreza, la injusticia o la trasgresión de los
derechos fundamentales, aun con el silencio de los cañones, no hay paz. La
paz es mucho más que la simple ausencia de guerra.
La paz, se ha dicho, es un deseo del hombre, aunque, como afirma Galtung, J. (1985: 27), pocas palabras han sido usadas tan a menudo y de pocas
se ha abusado tanto, debido, tal vez, a que la paz sirva de medio para obtener
un consenso verbal: es difícil estar por completo en contra de la paz. Pese a
ello, el término no ha sido entendido de manera unívoca por todos: se llama
paz negativa a la ausencia de guerra o conflicto, mientras que la positiva tiene un carácter más constructivo como veremos. Por eso continúa el autor
citado diciendo que llamar paz a una situación en que impera la pobreza, la
represión y la alienación es una parodia del concepto (1981, a: 99).
Se impone, pues, la necesidad de una comprensión amplia y no restrictiva
de la paz, entendiéndola como un valor que afecta a todas las dimensiones
del ser humano; que se refiere al aspecto social y de justicia; que no admite
desigualdad ni dominio, sino reciprocidad e interacción; que se trata de un
proceso dinámico y está, asimismo, referida al desarrollo y a los derechos
humanos.
Explicación: