grupo de personas que estaban dispuestos a cambiar el sistema político económico de México
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Respuestas a la pregunta
Respuesta:Es FRECUENTE ENCONTRAR EN LOS ANÁLISIS (y mucho más en los ensayos de opinión) la idea de que los grupos políticos existen como medio para que la élite compita por el poder. A pesar de la amplia difusión y aceptación de la idea, no existen trabajos que hayan demostrado su existencia, formas de integración y comportamiento y, más que otra cosa, los motivos por los cuales los individuos deciden pertenecer a ellos. Con la misma frecuencia que se les menciona, se les usa como ejemplo de las relaciones clientelares, es decir, manifestaciones de vínculos personales motivados exclusivamente por el interés o el beneficio material. Partiendo de ahí ha sido fácil establecer que los grupos son una especie de pandillas que cuentan con un líder que obliga a los miembros a actuar conforme a sus objetivos; más que por convencimiento, por temor. Como puede verse, el tema carece de sustento teórico y de investigaciones empíricas. El presente trabajo no pretende hacer una revisión exhaustiva de todos los posibles enfoques sobre los grupos, sino detenerse en la principal noción (o como piensan algunos, explicación teórica) a la que se recurre cuando se habla de ellos en México: el clientelis¬ mo. El propósito es, primero, encontrar la congruencia del término y, segundo, analizar si es posible aplicarlo a cualquier fenómeno grupal. Como se verá en seguida, la noción es sumamente endeble y de alcance limitado, capaz apenas de describir relaciones tradicionales en comunidades cerradas. También se revisa un término que cada día cobra más importancia en el análisis político: el de las redes. A pesar de que, al igual que el del clientelismo, es un término descriptivo y sin ninguna articulación con
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ceptual o teórica, parece mucho más efectivo para explicar el nacimiento, la integración y el funcionamiento de los grupos, porque logra apartarse de la perspectiva instrumental que propone el clientelismo. Una de las ventajas que proporciona el estudio de las redes, es la de incorporar relaciones de amistad, es decir, cercanas y directas, así como el hecho de compartir intereses y experiencias sociales, impensables por el clientelismo. Si el clientelismo hace depender la lealtad de una extraña mezcla de miedo y coerción, las redes la derivan de la identidad de valores y principios comunes que se desarrollan por una relación cotidiana. Finalmente, el presente trabajo pone a prueba la eficacia de esta perspectiva con las pocas evidencias empíricas que han proporcionado los estudios de la élite política: nacional y de algunas entidades.
Su existencia y explicación
-La teoría conocida como pluralista puntualiza que la democracia es simplemente un método político, un arreglo institucional que permite tomar decisiones de gobierno. El método, como lo expuso Joseph Schumpeter, consiste en que los individuos elijan, mediante el voto, entre élites que se disputan su preferencia. Dicho con crudeza, la democracia sólo sirve para que ejerzan el poder las élites y no los ciudadanos.1 Esta apreciación, sin embargo, está muy lejos de la idea de que el poder es privativo de una clase o, como lo dijeran autores como Wright Mills, de una sola élite.2 Dos son las razones que se argumentan para rebatir esta idea. La primera, planteada con precisión por Robert Dahl,3 es que existe en realidad una competencia entre diversas élites, con diferentes habilidades y recursos, que no pueden unificar los intereses que cada una pretende llevar adelante. La segunda consiste en que las elecciones periódicas, que se erigen en la manifestación y prueba de la democracia, comprometen a élites que los partidos políticos reúnen, preparan y convierten en candidatos.4
1 Joseph A. Schumpeter, Capitalismo, socialismo y democracia, México, Aguilar, 1961, p. 343, y Giovanni Sartori, Aspectos de la democracia, México, Limusa, 1965, p. 110. 2 C. Wright Mills, La élite del poder, México, FCE, 1975. 3 Robert A. Dahl, Who governs?, New Haven, Yale University Press, 1961 ; Modem Political Analysis, Englewood Cliffs, Nueva Jersey, Prentice Hall, 1970; Polyarchy. Participation and Opposition, New Haven, Yale University Press, 1971. 4 J. A. Schumpeter, op. cit., p. 357, y John D. Nagle, System and Succession. The Social Bases of Political Elite Recruitment, Austin, University of Texas at Austin, 1977, p. 3.
Explicación: aqui te ayudo :3