funciones del tacto bien explicada
Respuestas a la pregunta
El tacto forma parte del sistema sensorial, que está permanentemente activo en el ser humano.
Es un sentido que funcionaría incluso si nos privaran de los demás.
Opera en base a la confluencia del sistema nervioso y de la piel, nuestro órgano más extenso.
Utiliza una importante y diversa cantidad de receptores que transmiten al lóbulo parietal del cerebro, encargado de descifrar los estímulos nerviosos y proporcionarles una respuesta.
El tacto también opera en base a las sensaciones internas del cuerpo: el movimiento, la presión, el dolor, todo es registrado por el sistema nervioso, que nos tiene constantemente alerta sobre el estado de nuestro organismo.
Órganos involucrados en el tacto
Tacto - piel
En la epidermis se hallan los pigmentos que brindan a la piel su color particular.
El tacto no se encuentra confinado a un órgano principal, como ocurre con la vista o la audición. Por el contrario, se extiende a lo largo y ancho de nuestra piel y nuestros tejidos internos.
La piel es de suma importante para el organismo. En primer lugar, es una barrera protectora que nos aísla y comunica selectivamente con el afuera. Por otro lado, nos mantiene constantemente informados sobre la temperatura ambiental, sobre los daños que sufrimos o sobre los objetos que tropezamos.
La piel cuenta con sensibilidad por toda su superficie, pero concentra sus receptores especializados en algunas zonas específicas. Por ejemplo, la lengua o la punta de los dedos son particularmente sensibles. Por otro lado, los genitales son la zona más sensible, ya que son responsables de las sensaciones placenteras del coito, necesarias para la reproducción.
Epidermis. La capa externa de la piel, donde se hallan los pigmentos que le confieren su color particular (la melanina) y en la que están los poros que permiten su lubricación y refrescamiento (sudoración).
Dermis. La capa intermedia, es abundante en terminaciones nerviosas, vasos sanguíneos y glándulas de dos tipos: sebáceas (encargadas de segregar el sebo que lubrica la piel) y sudoríparas (encargadas de segregar el sudor que enfría y limpia la piel). Allí también están los folículos pilosos, de donde salen los vellos.
Hipodermis. La capa más interna, llamada tejido subcutáneo (“bajo la piel”), consiste en un conjunto de tejidos grasos que cumplen funciones de reserva y de células defensivas del organismo.
El sentido del tacto no se ubica en las capas externas de la piel sino en la intermedia, donde se hallan los receptores nerviosos.
La piel posee distintos receptores nerviosos, cada uno especializado en un tipo de sensación: tacto, presión y temperatura.
Aquellos receptores que perciben el dolor y lo transmiten al cerebro como una sensación de urgencia.
Cada tipo de receptor de la piel transmite su información nerviosa al cerebro mediante un tipo puntual de fibra nerviosa.
Tres tipos de sensaciones
tacto - dolor
La sensibilidad protopática responde a sensaciones amplias como el dolor.
Las sensaciones percibidas por el tacto son de tres tipos y se transmiten al cerebro por vías distintas:
Sensibilidad protopática. La más primitiva y poco diferenciada, responde a las sensaciones más gruesas y amplias, como el dolor, el frío o calor extremo. Es la primera en reaparecer luego de lesiones en los nervios.
Sensibilidad epicrítica. La más fina, localizada y exacta, permite apreciar estímulos de poca intensidad, permitiendo reconocer formas y tamaños.
Sensibilidad termoalgésica. Aquellas que se vinculan con la temperatura y el dolor.
Presión
Temperatura
tacto - temperatura
Los corpúsculos de Ruffini se acumulan mayormente en la lengua.
Los encargados de registrar la temperatura en la piel son los corpúsculos de Ruffini. Se encuentran por debajo de la piel y son capaces de informar tanto de las subidas como las bajadas de temperatura.
La lengua es el órgano en donde más se acumulan. Además, son los responsables de iniciar las acciones para combatir el frío o el calor, como la sudoración, el temblor o la vasoconstricción o vasodilatación.
Dolor
Los receptores especializados en el dolor se denominan nociceptores. Se encuentran muy repartidos por la piel, haciendo énfasis en las zonas más vulnerables, ya que su misión es alertar al cuerpo de las lesiones sufridas lo más rápida y focalizadamente posible, para evitar la fuente del dolor.
El tacto y el cerebro
El cerebro recibe en cada lóbulo parietal todas las emisiones nerviosas provenientes del costado contrario del cuerpo. Para ello dispone de dos áreas sensibles, llamadas áreas somatosensitivas (I y II) que ocupan distintas porciones de cerebro.
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