Fue comprado el 15 de marzo del año 2000, en cuatrocientos ochenta mil pesos, pagaderos
en doce cheques que Max llenó con impaciencia, como si obedeciera a un impulso y no a
una decisión responsable. Trató de acomodar las cajas en el maletero de un taxi, pero no
había espacio suficiente, por lo que hubo que usar pitillas y hasta un aparatoso pulpo para
asegurar la carga. Vivía en el centro de Santiago, a diez cuadras de la multitienda, en un
departamento oscuro y estrecho de dos ambientes. Arrinconó como pudo la pesada CPU
bajo la mesa del comedor y tendió los cables de forma más o menos armónica. Desde
entonces el teclado, el monitor, el mouse y los parlantes compartieron mesa con peligrosas
tazas de café y ceniceros vaciados sólo de tarde en tarde.
Al comienzo Max ocupaba únicamente el procesador de texto y la verdad es que no
demasiado: ni siquiera llenaba los renglones, pues escribía breves líneas que él llamaba
versos libres. Los versos libres crecían de dos en dos, aunque era frecuente que Max los
borrara y comenzara de nuevo. Se valía, simultáneamente, de un cuaderno y de una pluma
que al primer descuido regó de tinta el sector inferior derecho del teclado. Además de esa
mancha, el teclado debió soportar una persistente lluvia de cenizas. Max casi nunca
alcanzaba el plato que usaba para fumar, y fumaba mucho mientras escribía, o más bien
escribía poco mientras fumaba mucho, pues su velocidad como fumador era notablemente
mayor que su velocidad como escritor. Años más tarde la acumulación de mugre causaría la
pérdida de la vocal a y de la consonante t, lo que naturalmente condujo, tras varios días de
caos, al reemplazo del teclado. Pero eso sucedió después, y lo mejor será respetar, de
ahora en adelante, la secuencia de los hechos.
La llegada del invierno aumentó considerablemente el uso del computador. Incluso a veces,
a falta de una estufa, Max evadía el frío acariciando, de rodillas, la cpu, cuyo leve rugido
muy pronto constituyó un sonido hogareño, que tendía a encontrarse y a confundirse con la
ronquera del refrigerador y con las voces y bocinas que llegaban desde afuera. Max ya no
usaba solamente el procesador de texto: con torpeza y constancia había descubierto
programas muy sencillos que permitían resultados para él asombrosos, como la grabación
de voces –mediante un escuálido micrófono que, en un comienzo, había desatendido– o la
programación de rebuscadas sesiones de música. Seguía, en todo caso, con las líneas a
medias de sus poemas, que nunca imprimía, tal vez porque nunca los consideraba
terminados. (...)
Responder:
1) Escribir en una oración cuál es la idea principal del cuento.
2) ¿Quién es el protagonista? ¿Cómo lo describirías?
3) En el cuento seguramente encontrás palabras que no solemos usar frecuentemente,
señalalas.
4) Pensando en esas palabras no frecuentes, ¿podés decir de qué país es el autor del
cuento?
5) ¿Qué tipo de equipo informático describe el texto?
6) ¿ Por qué elementos está compuesto este equipo?
7) Describe brevemente, para qué crees que sirve cada uno de ellos.
8) ¿Qué otros programas conoces, aparte del procesador de texto?
9) ¿Para qué tareas utilizás o utilizarías el mismo equipo?
10)¿Qué otro medio tecnológico, te puede ayudar a desempeñar actividades escolares?
11)¿Con cuál de ellos te llevas mejor ? ¿Por qué?
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Respuesta:
no lose wey perdon leanlo ayudenlo xd
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