frases con desahucio
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Decisión de desahucio.
Informe favorable al desahucio por la Oficina de la Vivienda.
Se ven obligados a incumplir las normas y a exponerse al desahucio.
Era mi casero, que traía una orden de desahucio o algo por el estilo.
Eran figurillas en albornoz asistiendo a un desahucio histórico sin saberlo.
había elegido el momento para la campaña de desahucio con una precisión digna de encomio.
En enero la empresa adquirió unos inmuebles en Florida cerca del perdió, abocando a su hijo al desempleo y al desahucio.
Aunque Chance hubiese establecido una relación entre el desahucio y no sería capaz de confesárselo a nadie.
Además, si Chance ignoraba los nombres de y su familia, mal podía establecer una relación entre el desahucio y sus muertes.
La casa pertenecía a la condesa de la cual, cuando las fanfarronadas de llegaron a sus oídos, se apresuró a tramitar judicialmente la orden de desahucio.
Un desahucio es un procedimiento legal del que se encargan los abogados, y yo tenía cierta idea de cuál de los miles de bufetes del distrito de Colombia había dejado a Señor en la calle.
Los diamantes representaban su blanco inmediato en la campaña de desahucio y de pronto se le ocurrió que, si acompañaba aquella voz de ultratumba de algo más contundente, aceleraría su partida.
Los avisos de desahucio llegaban en grandes paquetes, y tras ellos venían las placas de contrachapado en los escaparates, los camiones de mudanzas aparcados delante de las puertas, y nuevos incendios de edificios, nuevas ruinas ardiendo, mientras las fogatas hechas de basura danzaban en los solares vacíos.
El dinero salió de alcancías, colchones, cuentas de ahorro, recortes a la lista del almacén, préstamos no autorizados de la caja chica del bar, colecta entre los cuidadores de autos de la calle de las Tabernas, anticipo sobre el desahucio de la profesora de dibujo, visita a la casa de empeño de Grey con el anillo nupcial que otrora Teresa había calzado en su dedo previo al beso santificado por Dios, renuncia al cine dominical de nadie y vástagos, aporte de De la Mirándola, quien donó uno de los billetes azules con que apostaría por nadie el sábado, e innumerables detalles, entre los que acaso habría que destacar el obsequio de corbatas de seda italiana al elenco masculino de la conspiración que hizo la deliciosa viuda en su tienda de Providencia en donde se había producido el desahucio.