Filiberto, el cocodrilo llorón
¡Se inunda el bosque!, ¡se inunda el bosque!, gritaba el viejito guardabosques a la vez que golpeaba
las ramas de los árboles con su bastón, tratando así de despertar a los animalitos.
¡Todos al árbol grande!, ¡hay que ponerse a salvo! Una vez ubicados en el árbol grande las
ardillitas, el gatito montés, el armadillo, las liebres y el guardabosques, se lamentaban del
desborde de la laguna, de sus casitas inundadas y los muebles arruinados. —¡Será posible
—decía el guardabosques— que esto suceda todos los años y en una época donde las inundaciones
son muy frecuentes!, ¿cuál será la causa?
Al ver tan triste al pobre viejito, sus amigos los animalitos que vivían en el agua o volaban,
a los que no les afectaba para nada las inundaciones, decidieron buscar las causas de los
desbordes de la laguna. El hipopótamo eligió la parte norte, por conocer la zona como la
palma de sus patas.
Pero la tortuga creía que la causa de las inundaciones estaba en el cielo y tomando un viejo
catalejo de su tío el tortugón gigante, decidió revisar nube por nube todo el cielo de sur a
norte y de este a oeste.
En cambio los pajaritos de colores, siempre trabajando a dúo, rescataron un
par de binóculos de la casa del guardabosques y observaron desde las alturas,
incluyendo las copas de los árboles y la pequeña montaña que se encontraba a
solo cuatrocientos metros de la laguna.
También la anguila quiso
cooperar con la investigación
y, sacando energía eléctrica
de su cola, iluminó todo el
fondo de la laguna, pero su
esfuerzo fue en vano, porque
tampoco ahí estaba la causa
de las inundaciones… Luego
de intentarlo varias veces, y
al ver que no tenían éxito,
abandonaron todo y cada uno
se marchó para su respectiva
casa.
Estándar: Comprensión e interpretación textual
Competencia: Semántica
13
…Pero al otro día, cuando el hipopótamo
se dirigía a su consultorio
oculista, encontró en un lugar
oculto de la laguna a Filiberto el
cocodrilo, quien lloraba y lloraba
sin cesar. Entonces le preguntó:
—¿Por qué lloras, Filiberto? ¿Te
ha ocurrido algo malo? —No, al
contrario, estoy muy feliz y contento
—respondió Filiberto. —¿Pero
cómo, esos enormes lagrimones
son los que causan las inundaciones? —Lo que pasa —continuó diciendo el cocodrilo—
es que justo en esta época los pececitos recién nacidos empiezan a nadar y se me meten en
mis ojos y aparte de ser miope me hacen llorar y llorar sin parar.
—¡Bueno!, ¡bueno! —replicó el hipopótamo—, lo que necesitas es protegerte los ojos.
¿Por qué no pasas por mi consultorio?
…Una vez allí el hipopótamo
usó todo su ingenio
para sacarle los pececitos de
los ojos, y luego de un examen
completo de la vista le
recetó “gafas antipececitos
recién nacidos”, que ahora
Filiberto luce con orgullo y
se la pasa jugando a la caza
submarina, sin temerle a
los pececitos pequeños… y
además, es observado desde
la orilla por el viejo guardabosques
y sus animalitos, quienes volvieron a sus casitas con la seguridad de no temer más
inundaciones provocadas por Filiberto el cocodrilo llorón, que lloraba estando contento…
Bueno, eso no es tan extraño, a mí que narro esta historia, también me ha pasado, y ¿a ti?
Revista Billiken, Buenos Aires, 1981.
1. De acuerdo con la lectura, subraya la idea verdadera.
a. Los cocodrilos son destructivos
. b. Los animales hacen tonterías.
c. Las lágrimas son por muchos motivos, incluso por alegría.
d. Llorar de nada sirve.
Respuestas a la pregunta
Contestado por
0
Respuesta:
la respuesta es la C..
Porque las lágrimas puedes ser de llorar o alegría.
Otras preguntas
Arte,
hace 14 horas
Castellano,
hace 14 horas
Historia,
hace 16 horas
Castellano,
hace 16 horas
Derecho ,
hace 7 meses