figura retórica contextual
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Las figuras retóricas o figuras literarias son recursos del lenguaje que usan de forma original o poco frecuente las palabras para potenciar su significado o realzar su belleza interior. Tienen como finalidad destacar una idea, persuadir, embellecer un texto o despertar una emoción en el lector, y son muy utilizadas en el ámbito literario para la creación de escritos originales.
Estos recursos se alejan de la forma comunicativa eficaz, es decir, del modo convencional en el que se comunica una idea concreta, y persiguen modos más expresivos, rebuscados, artísticos o potentes de transmitir un mensaje. Existen muchos tipos de figuras retóricas, que se diferencian entre sí de acuerdo a su estructura y a la forma en la que usan el lenguaje. Algunas de las más representativas son la metáfora, el símil, la hipérbole y la personificación.
Aunque las figuras retóricas son sumamente comunes en el lenguaje literario (en obras como la poesía y la dramaturgia), también es posible emplearlas en el habla cotidiana ya que otorgan un cierto estilo y originalidad a la comunicación
¿Cuáles son las figuras retóricas?
Figuras Retóricas
Hay dos tipos de figuras literarias, las de dicción y las de pensamiento.
Metáfora. Se nombra un concepto para hacer alusión a otro con el que guarda una relación. Por ejemplo: Su cara angelical me dio buenos augurios.
Hipérbole. Se aumenta de forma exagerada una idea o concepto. Por ejemplo: El mundo entero se rindió a tus pies.
Sinécdoque. Se hace alusión a una parte nombrando al todo o viceversa. Por ejemplo: El país espera que le des alguna explicación. En este caso se usa el término “país” en lugar de “los ciudadanos/habitantes del país”.
Ironía. Se busca transmitir lo contrario de lo que enuncia. Por ejemplo: ¡Qué gran noticia saber que me han reprobado en el examen!
Sinestesia. Se asocian las percepciones de un sentido a otro. Por ejemplo: Sus palabras olían a traición.
Símil. Se compara un elemento con otros u otros. Por ejemplo: Se sintió derrotado como un soldado tras una cruenta batalla.
Personificación. Se le atribuyen rasgos humanos a animales u objetos inanimados. Por ejemplo: El mar estaba rabioso.
Apócope. Se pierde uno o más sonidos al final de la palabra. Por ejemplo: Soy capaz de distinguir tu auto en cualquier avenida. En este caso se usa el término “auto” en lugar de “automóvil”.
Anáfora. Se repite una o varias palabras al inicio de un verso o enunciado. Por ejemplo: Fuimos hermanos, fuimos
Paralelismo. Se repite una determinada estructura. Por ejemplo: Mirar y pensar, sonreír y amar.
Polisíndeton. Se utilizan muchas conjunciones dentro de una oración. Por ejemplo: Íbamos a amarnos y a odiarnos y a salvarnos y a derrotarnos.
Aliteración. Se repiten determinados sonidos en una misma frase. Por ejemplo: Quiero revivir y respirar re
Concatenación. Se encadenan las palabras o frases de dos versos consecutivos. Por ejemplo: Tentar al destino, el destino impuesto, impuesto por el día, el día de mañana.
Pleonasmo. Se repite una misma idea para dar mayor fuerza. Por ejemplo: Buscaremos buscando a alguien que nos ayude.
Polipote. Se repite la misma palabra dentro de un verso o frase, pero cambiando sus morfemas (como de género, número o verbal). Por ejemplo: Por entregarte esta noche la entrega deseada fuimos entregados a la nada.
Asíndeton. Se omiten las conjunciones o nexos de una enumeración. Por ejemplo: Íbamos a querernos, odiarnos, salvarnos, derrotarnos.
Elipsis. Se eliminan partes de la oración que no son fundamentales para la comprensión del mensaje. Por ejemplo: El nombre de su hijo es Salvador y el de mi hija Lucila. En este caso se reemplaza el término “el” por “el nombre”.
Paralipsis. Se omite algo del texto, pero se llama la atención al lector sobre lo omitido. Por ejemplo: Haré un esfuerzo para no hacer alusión acerca de la tristeza que me invade.
Hipérbaton. Se altera la sintaxis habitual de la oración para incidir en su métrica o llamar la atención sobre algo. Por ejemplo: La lluvia de otoño aquella tarde vimos caer. En este caso el orden habitual de la oración sería: Vimos caer aquella tarde la lluvia de otoño.
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