FAMOSOS QUE NO SON NI HACEN NADA
Siempre nos ha atraído lo que les sucede a los demás
en su vida cotidiana y en situaciones límite. La televisión,
que dispone de sofisticados elementos para satisfacer
nuestro afán por espiar, ha terminado por abandonar la
ficción y organizar espectáculos, con apariencia de
realidad, en los que convergen el anhelo de espiar con el
de ser espiado.
De esa conjunción singular, nace el éxito que
acompaña a los reality shows, nacidos en otros países y
que hoy invaden las pantallas de los televisores argentinos. Su originalidad reside en que
combinan, como afirman los organizadores, algo de experimento social, algo de telenovela,
surgida de una pretendida vida real y algo de competencia.
Los que están dentro del manicomio transparente, prisioneros de su propio exhibicionismo,
son envidiados por quienes se prestarían de buena gana a ser manipulados con una inocultable
dosis de crueldad.
Como dice Umberto Ecco: "Ahora la mayoría quiere estar entre los mirados, todos son
ansiosos aspirantes a ser ahorcados." Se trata, en esencia, de ser mirado, única garantía de
celebridad. Curiosamente, quien es espiado furtiva y ocasionalmente, se siente agredido; pero
quien lo es en forma permanente, adquiere el pasaporte a la ansiada fama.
Sorprende observar cómo esos jóvenes (los "chicos", a pesar de que están en la tercera
década de la vida), que no demuestran ningún rasgo especial que justifique que el público se
interese por ellos, transforman en celebridad instantánea la experiencia de lavarse los dientes, bañarse y dormir semidesnudos ante las cámaras, sin olvidar el llanto inconsolable que subraya
casi todos los diálogos.
Evidencian, en la mayoría de los casos, una
grosería inocultable y una pavorosa pobreza de
lenguaje, que traduce preocupaciones aún más
limitadas. Carentes pues, de cualidades especiales,
sin hacer esfuerzo alguno más que pretender mostrar
su intimidad, esos jóvenes se transforman en ídolos
populares que terminan por firmar más autógrafos
que los famosos de antaño.
Resulta claro que, como afirma el escritor español
Ignacio Carrión, "lo que importa, al final, es la
fabricación barata de famosos. La fama es la meta. El mercado demanda más y más famosos,a
precio razonable". Hoy, para ser famoso, no hace falta ser ni hacer nada, basta con ser mirado.
Enrique Jaim Etcheverry en La Nación de Buenos Aires, 26 de abril de 2001
¿En qué oración está sintetizada la tesis de este artículo, en la primera o en la última?
AYUDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
Respuestas a la pregunta
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en la última ❤️❤️❤️❤️
anazofia3456789:
gracias por la corona
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Explicación:
la ******de juston biber le pego a un fan 737 coronota please
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