fábula con 5 personajes ,máximo una pagina ,moraleja al final.
Respuestas a la pregunta
Los animales y la peste
Hace bastante tiempo en un reino animal había una espantosa peste que atacaba tanto a los animales del bosque como a los de los valles y collados. Todo el territorio estaba contaminado con la peste maligna.
El león muy preocupado por esta situación le preguntó a un mono muy viejo, de barba blanca, cuál era la causa de ésta terrible peste que estaba atacando a todos los animales.
El sabio mono dijo que ésta era una peste que había sido enviada por el cielo como un castigo y que el único remedio para evitar la muerte por la peste, era sacrificar a uno de los animales.
Entonces, el león le preguntó al sabio mono que a cuál de los animales debían sacrificar. Para así, eliminar la peste que el cielo les había enviado como castigo. Y así poder tomar la mejor decisión.
El mono dijo que el que debía morir era aquel animal que habría cometido más crímenes y fechorías y dijo que todos los animales debían confesar las cosas malas que habían hecho.
El león cerró los ojos y tras una pausa le dijo a todos los animales que estaban reunidos que él debía ser el que se sacrificaría ya que había matado a muchos venados y comido a muchas vacas, pero como estaba confesando su pecado estaba salvado del sacrificio.
Los animales de seguida imitaron al león y empezaron a confesar sus cosas malas y conseguían salvarse del sacrificio. Pero se debía sacrificar a algún animal, de todos modos, dijo el sabio mono.
Fue cuando el burro confesó de último y dijo que sólo había comido algunas espigas de trigos y nada más. El resto de los animales, para salvar sus vidas, acusaron abiertamente al burro por comer espigas de trigo y haberlo confesado de último.
Así que por decisión de la mayoría de los animales el pobre burro fue el animal escogido para el sacrificio. Aunque su delito había sido el menos grave de todos.
MORALEJA
La moraleja de esta fábula es que hay personas con sus propios intereses que te juzgaran aunque lo que hayas hecho no sea tan grave. Por mucho bien que hagamos al prójimo, siempre seremos juzgados y por un simple error que cometamos