Extrae 5 conclusiones de la lectura de los medios de comunicación y los derechos humanos.
Nunca puede faltar en las aulas el tratamiento didáctico de estos temas y contenidos, que afectan
profundamente el desarrollo de la convivencia e incluso la supervivencia de gran parte de la especie
humana.
Imágenes, noticias, fotografías, reportajes, películas, documentales, eslóganes, nos impactan jornada a
jornada poniendo ante nuestros ojos la violación en todo el mundo de los derechos fundamentales del ser
humano. Pareciera que los derechos no existen, sí las violaciones de los mismos. La noticia es o suele ser
precisamente esa, la ruptura de las más elementales normas de convivencia y solidaridad y no lo contrario.
La solidaridad, salvo cuando las situaciones llevan a límites terribles, no generan noticia.
La relación entre los derechos humanos y los medios de comunicación es absoluta, en todos los niveles y
campos. Lo más normal es la noticia, pero no hay que olvidar los reportajes, normalmente de denuncia o
información sobre los derechos, las entrevistas a personas comprometidas en organismos que defienden los
derechos humanos, o a víctimas de la violación de los mismos. La mundialización de la información, la
tecnificación cada vez mayor de las comunicaciones hace que podamos estar constantemente al día de
situaciones que ocurren en cualquier lugar del planeta, incluso en nuestra propia provincia o zona de
residencia.
El cine, los documentales y otros medios, difunden cada día con mayor énfasis y éxito argumentos que
reviven y mueven la conciencia general de la humanidad, que denuncian los abusos y que promueven un
mundo en valores de respeto hacia la especie humana y sus gentes.
Los dibujos animados, el comic, los chistes, las viñetas de los periódicos y revistas, enfrentan igualmente el
mundo de los derechos de las personas, tanto desde sus aspectos de valoración positiva como negativa,
incidiendo de forma inconsciente hacia actitudes que promueven valores o contravalores.
Las instituciones internacionales han tratado en repetidas ocasiones la relación entre la comunicación y los
derechos humanos. Como muestra baste recordar de la declaración de Santiago de Chile (1994) refrendada
por la UNESCO en 1995 la exigencia de «comprometer la lectura de periódicos tanto locales como
nacionales en la escuela, sirviéndose de ellos como herramientas de aprendizaje, al objeto de permitir a los
jóvenes comprender los valores de una prensa libre y de aprender a ejercer su capacidad de juicio».
La necesidad de enseñar, desde la familia, la escuela y la sociedad los Derechos Humanos al ciudadano es
ya crucial. Día a día los medios de comunicación con mayor inminencia, celeridad e intensidad, presentan a
los habitantes del planeta con mejores recursos las precariedades del mundo de los marginados, de los
reprimidos. Parece algo tan natural la violación de los derechos humanos que ni la sociedad ni los individuos
se conmueven ante situaciones ya insostenibles. Es precisamente la mayor facilidad de conocer lo que
provoca mayor desinterés e irresponsabilidad. Es ya urgente que las personas e instituciones conscientes,
realicen actos positivos y campañas eficaces para romper la costra de insensibilidad en la que el mundo
occidental se mueve. Las instituciones familiares y educativas son las primeras, por su cercanía al
aprendizaje de los valores, las que en primer lugar deben moverse para presentar proyectos educativos que
promuevan el aprendizaje de los derechos de las personas.
Los ejes y áreas transversales de todos los programas propuestos en las últimas reformas, insisten en
recalcar la importancia de aplicar como elemento curricular, tanto la comunicación como la educación en
valores.
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Amigo(@) lee acá nosotros te vamos a apoyar pero si tu tienes tu texto a un esfuerzo y lee
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