expliquen el final de la conversación entre el músico y la muerte en las intermitencia de la muerte
Respuestas a la pregunta
Las intermitencias de la muerte, del escritor novelista, poeta, periodista y dramaturgo portugués José de Sousa Saramago más conocido como José Saramago, la novela está escrita con un lenguaje sencillo y coloquial, su tema central es la súbita ausencia de la muerte que desencadena en primera instancia el asombro, la suspicacia, el júbilo, para dar paso luego a la preocupación y posteriormente al caos que desencadena el retorno de la misma.
Esta novela consta de dos partes claramente definidas, la primera parte del capítulo 1 al 8, se describe por contextualizar la obra, la ausencia de muerte, los accidentes sin graves consecuencias, el desconcierto entre autoridades políticas y eclesiásticas, el papel predominante de los medios de comunicación, la discusión entre los letrados sobre las causas del fenómeno, la posición política y religiosa, las dificultades en los hospitales, funerarias, compañías de seguros y casas de la tercera edad, las dificultades para el pago de pensiones entre otras.
La segunda parte del capítulo 9 al 15, se limita el ambiente a una relación de pareja, donde la muerte adopta la forma de mujer, seduce al músico y tienen un encuentro amoroso en casa de éste.
La muerte le pide al músico un favor, que toque un instrumento para ella, él decide que sea el violonchelo ya que es un pianista mediocre, ella escoge la partitura y él le dice que escoja una que este a su alcance, dentro de sus posibilidades, la mujer toma el cuaderno de la suite número seis de Bach, el músico le dice que es muy larga y que hay un pasaje en el preludio donde tiene dificultades, ella le dice que tiene tiempo y que salte el pasaje cuando llegue a él, halagándolo, inspirándole confianza y diciéndole que tocará mejor que Mstislav Rostropóvich. El músico sabía que no era Mstislav Rostropóvich, que no pasaba de ser un simple solista de orquesta cuando la eventualidad del programa lo exigía, pero ante esa mujer, era el propio Johann Sebastián Bach componiendo en Cothen.
El pasaje que para él era difícil, fue ejecutado sin que él se hubiese dado cuenta de la hazaña que había realizado, sus manos hacían susurrar, hablar, cantar, rugir al violonchelo, para él eso fue lo que le faltó a Mstislav Rostropovich inspiración, esa sala de música, la hora y esa mujer, cuando él termina, las manos de ella ya no están frías y las suyas ardían, se dan las manos y él le pregunta si quiere que le llame un taxi para que la lleve al hotel, a lo que ella le responde que se quedará con él y le da un beso, entran al dormitorio, se desnudan y sucede lo que tenía que suceder.
Ella permanece despierta mientras él duerme, se levanta, abre el bolso que había dejado en la sala y saca la carta color violeta, va a la cocina, prende una cerilla y hace arder la carta de la muerte, la que sólo la muerte puede destruir, ella vuelve a la cama, se abraza al hombre y sin entender lo que le estaba ocurriendo, ella que nunca dormía, siente que el sueño le bajaba obedientemente los párpados, al día siguiente no murió nadie.