Ciencias Sociales, pregunta formulada por santiagopoveda843, hace 8 meses

explique sobre la muerte de Garcia Moreno?​


carolakemi2503: Estaba próximo a cumplir 54 años y a comenzar un tercer mandato como presidente de la República, cuando la tarde del 6 de agosto de 1875, al pie del Palacio Presidencial en Quito, cayó asesinado el doctor Gabriel García Moreno, víctima de una conjura política a la que se sumó un enemigo personal, el colombiano Faustino ...6 ago. 2004

Respuestas a la pregunta

Contestado por Chukiany
9

Respuesta:

Gabriel García Moreno fue dos veces presidente constitucional de la República del Ecuador y muere asesinado la tarde del 6 de agosto de 1875 por un grupo de opositores ocultos entre las columnas del Palacio de Carondelet, donde le disparan y lo golpean, este grupo de personas estaba conformado por el colombiano

Explicación:

coronita estrella y corazón gracias

Contestado por olgaarmijos89
0

Respuesta:

como resultado de las tiránicas actuaciones del presidente García Moreno, quien basándose en “su” constitución de 1869, llamada también Carta Negra, hacía y deshacía del país conforme a su absoluta voluntad o capricho, un grupo de intelectuales y militares que habían sufrido persecución por parte del mandatario empezaron a reunirse para buscar.

García había fusilado, ultrajado, y desterrado a la mayoría de sus opositores. Nd podía oponerse a su voluntad absoluta sin las terribles consecuencias de su ira vengadora. “Era el dueño… El amo del país”.

En efecto: “No faltaba nada ya a García para someter a los ecuatorianos a la tiranía. La Carta Negra se lo daba todo: Facultades para declarar el estado de sitio, con la nominal y benévola venia de un Consejo de Estado sometido -el Consejo de Estado se componía del Presidente de la República que lo presidía, de los Ministros de Estado y, para disimular, de un Ministro de la Corte Suprema, uno del Tribunal de Cuentas, un eclesiástico y un propietario, ¡todos ellos nombrados por el presidente!-; facultades para hacer nombrar a los magistrados de la Corte Suprema por medio de ternas enviadas al Congreso; facultades para nombrar también, a propuesta de la Corte Suprema -que era escogida por él- a los demás magistrados de las otras cortes de justicia; y, por fin, facultades para, a propuestas de estas cortes, nombrar él a todos los jueces letrados de hacienda y a los agentes fiscales.

Por otro lado, los instigadores y fulminantes escritos de Juan Montalvo, como aquel que decía: el pueblo donde los jóvenes son humildes con el tirano, donde los estudiantes no hacen temblar al mundo” fueron despertando en la juventud ecuatoriana un sentimiento y revanchismo en contra del ilustre mandatario.

Finalmente la situación hizo en un brillante y soleado día, cuando luego de concluir el mensaje que debía leer al instalarse el nuevo Congreso Nacional, el presidente García salió con su esposa de su casa, situada en el barrio de Santo Domingo, y acompañado de su edecán el Coronel. Manuel Pallares y dos secretarios de su confianza, se trasladó a la casa de su suegra, donde en tertulia familiar permaneció durante más de una hora.

Luego de despedirse de sus familiares salió nuevamente a la calle para dirigirse al Palacio de Gobierno. Al pasar por la catedral entró a orar según su diaria costumbre, pues era hombre de gran fe y profundos sentimientos religiosos.

Acechando su paso, en la plaza y en el atrio de la catedral se encontraban -un poco dispersos para no llamar la atención- la mayoría de los confabulados. Por un lado, Roberto Andrade, Manuel Cornejo, Abelardo Moncayo y Manuel Polanco; y más allá, tratando de permanecer ocultos, algunos militares que habían sufrido la ira del mandatario; Bermeo, Molina, Guerra y Gonzáles; y por supuesto, en algún lugar, Faustino Lemus Rayo.

Al poco rato García Moreno salió de la catedral y se dirigió al Palacio de Gobierno sin percatarse de que era seguido muy de cerca por Andrade, Moncayo y Cornejo; mientras de frente, hacia él, avanzaba Rayo, quien al cruzarse lo saludó cínicamente.

El presidente no sospechaba lo que estaba ocurriendo, hasta que de pronto escuchó a su espalda la voz de Rayo que le gritó: “…tirano”. El mandatario giró para enfrentar a su enemigo cuando recibió en la frente; inmediatamente Andrade y Moncayo inmovilizaron con sus armas al edecán Pallares, mientras el verdugo continuaba descargando sobre su cuerpo y cabeza.

“Al fin llegó tu día… Tirano de la libertad… jesuita con casaca…” gritaban los hombres, mientras el presidente, con el rostro retrocedía tratando de ganar una de las entradas laterales del Palacio, al tiempo que balbuceaba entrecortado: “Dios no muere”. Entonces Andrade soltó al edecán y se adelantó a García Moreno esperándolo con su revólver junto a la puerta; “Libertad…” grita, mientras hiriéndolo en la frente.

  1. “Trasladando, ciego por lo que llena su rostro, alcanza, en busca de una columna en donde apoyarse, el filo de la galería. Rayo lo empuja violentamente y él cae de cabeza y rueda por los escalones y la angosta acera hasta el empedrado de la calle. Los criminales que le contemplan desde la columna, exclaman: “Viva la Patria…! al Tirano” (Gálvez.- Vida de don Gabriel García Moreno).

Agonizante, García Moreno fue rodeado por algunas personas compasivas que trataron de ayudarlo, pero sus victimarios, sedientos las apartaron para que Rayo continúe descargando los mortales.

Mientras los asesinos huían y Rayo era victimado por el soldado Manuel López, el Presidente fue llevado a uno de los altares de la catedral donde había orado y comulgado ese día, pues el Santísimo estaba expuesto y era primer viernes del mes

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