-Explique la diferencia entre un gas permanente y uno licuable.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Aunque el hidrógeno también es un gas (a presión y temperatura ambiente), cuando hablamos de un coche de gas normalmente nos referimos a un vehículo que emplea GLP (gas licuado del petróleo) o GNC (gas natural comprimido) como combustible. Se trata de dos gases completamente diferentes, aunque los resultados de su combustión sean similares.
Lo primero que debemos saber es que los coches de gas son siempre bi-fuel, es decir, que pueden funcionar con dos tipos de combustible. Si se nos acaba el gas y no hay un surtidor cercano, podremos continuar el viaje repostando gasolina. Esto se debe a que el motor de gasolina de un coche puede funcionar con gas si tiene un sistema de alimentación apropiado. Los coches de gas tienen un equipo de inyección como el de un modelo de gasolina normal y se añade un depósito y otro sistema de inyección para el gas. Esto es así tanto para los de GNC como para los de GLP, pero aquí se acaban las similitudes.
Qué diferencias hay entre GLP y GNC
El gas natural necesita mayores presiones para su almacenamiento y se dispersa más fácilmente.
Sus nombres son diferentes porque son distintos gases y, por lo tanto, sus cualidades no son las mismas. El GLP es un gas compuesto principalmente por butano y propano, que se obtienen como subproducto en el proceso de destilación del petróleo. El GNC, en cambio, es metano, un gas que se produce de forma natural en procesos de descomposición y que también está presente en los pozos petrolíferos formando bolsas. Seguro que también has oído hablar de él en algunos accidentes mineros, aunque en los noticiarios insisten en llamarlo por su nombre francés: grisú (castellanismo de grisue).
Vamos a ver cuáles son las principales características que diferencian a estos gases, además de su composición química y origen.
El GLP es un gas más denso que el aire, de modo que tiende a acumularse en las zonas bajas. Esta cualidad hace que en algunos parkings subterráneos esté prohibido aparcar coches con GLP, ya que cualquier fuga se acumularía en el sótano y sería peligroso. El gas natural, en cambio, es menos denso y tiende a acumularse en el techo, pero se dispersa más fácilmente con un sistema de ventilación.
El GLP es más fácil de licuar. Con presiones relativamente bajas (en el entorno de los 10 bar) es fácil almacenar el Autogás en forma líquida ocupando muy poco espacio. El gas natural, en cambio, se mantiene como gas a presiones hasta de 250 bar.