Explique en qué consiste la sociología de la religión y del gobiernoo para Max Weber
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Respuesta:
¿La realidad social de hoy en materia de estratificación social, y por extensión de desarrollo económico, estará realmente arbitrando en contra de la tesis de Max Weber respecto al catolicismo? ¿No había concebido Weber las religiones como vehículos éticos susceptibles de inhibir o estimular los procesos de estratificación social y desarrollo económico? (cf. Weber, 1967, 2000). ¿Acaso no había identificado en su célebre Ética protestante y espíritu capitalista disposiciones de "espíritu" y una ética económica en los católicos contraria al ethos capitalista? Ahora bien, los datos que nos arroja la realidad de hoy en materia de estratificación social, y de desarrollo económico por extensión, no son los mismos que Weber observa y le sirven de base para sus estudios sociológicos. En Europa ya no es posible distinguir entre los países de cultura protestante y los de cultura católica las mismas diferencias y con la misma agudeza con que Weber todavía las observaba en su tiempo. Por otra parte, ¿acaso no es posible constatar en el ámbito de la estratificación social, como nos lo demuestran los datos estadísticos publicados por el U.S. Bureau of Census 2000, que los católicos de ascendencia europea en Estados Unidos han terminado por reequilibrar su situación social con respecto a sus homólogos protestantes del mismo origen? El caso que más podría acomodarse a una lectura monológica, determinista, de la tesis de Weber es el de los mexicanos en Estados Unidos, mayoritariamente católicos. ¿Pero cómo, entonces, conciliar la teoría con dos conjuntos sociales -el de los católicos de ascendencia europea y el de los católicos mexicanos y de ascendencia mexicana- distribuidos en la escala social de una manera muy contrastada?
Todos estos hechos de la realidad social de hoy nos colocan, pues, a) frente a la pertinencia de la tesis religiosa de Weber dada su posición con respecto al protestantismo y el catolicismo, b) frente a una cierta vulgarización de la misma tendencia a interpretar el ethos religioso como una fuerza cultural determinante en los procesos de desarrollo económico y estratificación social y c) frente a la tendencia a juzgar la validez de su tesis a partir de la congruencia o no congruencia de la realidad de hoy en materia de desarrollo económico y estratificación social con la asimetría empírica que Weber observa en su época entre católicos y protestantes.
Nuestra posición es que todas estas expresiones de la realidad empírica de hoy no afectan la tesis religiosa de Weber, que es posible explicar dicha evolución social a la luz de una serie de proposiciones teóricas que Weber plantea de manera esquematizada en torno a nociones conceptuales clave, como la racionalidad difusa, las fuerzas históricas y los efectos no esperados.
Acerca del individualismo metodológico y la teoría de la racionalidad general: nota metodológica
Está de más aclarar que el espectro de lo que aquí planteamos es demasiado amplio como para ser tratado en el marco estrecho de un artículo. Si mencionamos los procesos de desarrollo económico -y por extensión la referencia a los países de cultura protestante y católica- es porque el problema, además de ser central en la teoría, guarda una relación de concomitancia con los procesos de estratificación social, que es el tema de nuestro interés. Por lo cual, para demostrar la pertinencia de la tesis religiosa de Weber consideraremos únicamente la experiencia sociorreligiosa de los católicos de ascendencia europea en los Estados Unidos, y esto, desde una perspectiva comparativa con respecto al calvinista típico idealizado por Weber y a los protestantes de una manera general. Dejamos, pues, globalmente de lado los problemas ligados al desarrollo económico. Omitimos igualmente, y por la misma razón, la experiencia sociorreligiosa de los mexicoestadunidenses, cuya problemática forma originalmente parte de un estudio desarrollado en una tesis de doctorado presentada en la Universidad de la Sorbona-París IV. Hacemos mención de los mexicanos pero sólo cuando la experiencia de éstos contrasta profundamente con la de los católicos de ascendencia europea. Por el resto nos reservamos la materia relativa a los primeros para una comunicación posterior con referencias comparativas al caso que nos ocupa en ese estudio.