Castellano, pregunta formulada por varelav2702, hace 1 mes

explique el significado del destino del hombre griego en los poemas epicos​

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Contestado por Mari10hp
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Respuesta:

La épica griega

1. Orígenes de la épica y concepto de poema épico.

      Cuando los hombres comenzaron a tener conciencia de sí mismos, no como individuos sino como pueblo, posiblemente surgió la necesidad de contar lo más significativo de su existencia. La total ausencia de la escritura, que tardaría aún algunos siglos en aparecer, obligaba a confiar a la memoria el acervo cultural del pueblo, que de este modo reafirmaba su identidad.

   

       El tema central suele estar relacionado con el mito, la leyenda, la historia o el cuento popular. Se sitúa en una remota edad heroica, o en los inicios históricos de un pueblo o nación, cuyos acontecimientos ponen a prueba las cualidades del héroe, por lo que son frecuentes las batallas, los viajes arriesgados o el trato injusto o abusivo de personajes con más poder.

       El narrador es omnisciente, objetivo y da fe de la veracidad de lo que cuenta. Por su afán narrativo, el poeta suele hacer descripciones detalladas del mundo que rodea a la acción: las armas, el vestuario, los barcos, etc.

2. La épica griega.

      La literatura europea nace en Grecia con dos poemas épicos: la Ilíada y la Odisea. Pero estas obras no son el inicio, sino posiblemente el momento cumbre de un proceso que venía fraguándose desde la segunda mitad del segundo milenio antes de Cristo.

       Los acontecimientos históricos que los poetas griegos consideraron dignos de ser recordados se refieren a los ocurridos en Grecia durante el llamado Período Micénico (1600-1200 a. C.). Una vez desaparecido, el mundo micénico es sustituido por una sociedad aristocrática dirigida por reyezuelos de pequeñas ciudades a quienes acompañan nobles poderosos que se sienten herederos de los antiguos soberanos micénicos y a quienes gusta que experimentados cantores les recuerden las hazañas de sus antepasados. Pero el paso del tiempo (más de 400 años) desvirtúa los antiguos sucesos hasta que éstos se acaban transformando en leyendas.

   

       En el siglo VIII a. C. aparecen la Ilíada y la Odisea, que desde antiguo la tradición atribuyó a un poeta de Asia Menor o de alguna de sus islas vecinas (quizá de Quíos o de Esmirna) conocido con el nombre de Homero. Estos poemas -ambos pertenecientes al Ciclo Troyano- han llegado hasta nosotros completos y están considerados entre los mejores textos de la literatura universal.

3. Características de la épica griega.

       Para entender un poema épico hay que tener muy presente su condición de poesía oral, es decir, compuesta y transmitida en sus orígenes sin ayuda de la escritura. Los poetas componían sus obras y las interpretaban con la única ayuda de la memoria, por lo que dichas obras tenían una buena dosis de improvisación. Para poder realizar esta difícil tarea, sobre todo cuando se trataba de poemas de gran extensión, los poetas recurrían a diversas técnicas: el uso de la música, los epítetos atribuidos a los héroes (Aquiles siempre es el de los pies ligeros y Héctor, el domador de caballos), el empleo de los mismos adjetivos para los mismos sustantivos (las rápidas naves, la negra tierra, el vinoso ponto, la sagrada Troya), la repetición de versos enteros o comparaciones, etc. Todo esto permitía a los poetas tener una buena colección de frases hechas para las distintas partes del verso: se trata de las llamadas "fórmulas épicas". Esta técnica de composición requería una larga experiencia y un severo entrenamiento, pues en cierto modo el poeta creaba el poema cada vez que lo cantaba; pero también producía incongruencias -en la Ilíada un personaje muere al principio del poema y aparece vivo unos cantos más adelante-, inexactitudes y un estilo narrativo cuyo ritmo puede parecer lento y repetitivo, especialmente para los hombres de hoy. Es curioso que ya desde la antigüedad, cuando los poemas épicos se fijaron por escrito, lo hicieron con todo su repertorio de técnicas orales, que se convirtieron así en rasgos característicos del género, por lo que los poemas posteriores compuestos desde el principio por escrito, aunque no necesitaban dicho repertorio, lo seguían utilizando.

     

f) Epítetos fijos para dioses y héroes. Ya se mencionaron algunos: Aquiles siempre es el de los pies ligeros; Héctor, el domador de caballos; Agamenón, el pastor de hombres; Ulises, el fecundo en ardides; los aqueos son los de hermosas grebas o los de larga melena. Por su parte, Zeus es el que amontona las nubes y también el que se complace con el rayo; Atenea es la de ojos glaucos y Hera, la de los níveos brazos. Estos epítetos son sobre todo ornamentales y se repiten una y otra vez aunque no se correspondan con la realidad del momento: por ejemplo, las naves de los aqueos siempre aparecen calificadas como raudas o rápidas aunque estén varadas en la orilla desde hace años y Aquiles es rápido de pies o de pies ligeros aunque no lo demuestre nunca. El epíteto, al ser fijo y exclusivo de cada personaje, puede llegar a sustituir al nombre propio del dios o del héroe.

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