Historia, pregunta formulada por villalobosjulissa11, hace 16 horas

explico cómo fue traicionado Juan Rafael Mora porras por los costarricenses?​

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Contestado por 2120202839
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Respuesta:

El 14 de agosto de 1859 fue derrocado Juan Rafael Mora Porras. Después de mantenerse todo un decenio como gobernante (1849-1859), este héroe de la Campaña Nacional se desplomó de forma abrupta, muriendo poco después trágicamente.

Mora gobernó Costa Rica en un época convulsa y lo hizo manteniendo a raya a los militares, tan asiduos al golpismo. Resistió componendas de la oposición, que pretendía verlo fuera del Poder Ejecutivo. Para neutralizar tales intentos, Mora apeló a recursos como el confinamiento y el exilio de algunos opositores.

De tal modo, debieron abandonar la capital o el país personajes como José María Castro, Nazario Toledo, Francisco María Iglesias y Saturnino Tinoco, así como el obispo de la recién creada Diócesis de Costa Rica: Anselmo Llorente y La Fuente.

En opinión de Mora, tales exilios despejaban el camino que le permitía administrar con eficiencia el país, pero, a la vez, dichas medidas crearon una creciente hostilidad entre los miembros de la oposición. Algunos de estos miraban con recelo la creciente concentración de poder en manos de un solo hombre.

Diversas acusaciones de círculos políticos asociados con los intereses comerciales de las familias Montealegre, Iglesias, Aguilar y Volio, se habían acumulado a lo largo de los años contra la administración de Mora.

Se le achacaban actos de nepotismo, es decir, una creciente participación de su entorno familiar en las decisiones de Estado. Tal era el caso de los hermanos del mandatario, José Joaquín y Miguel, influyentes personajes en el Congreso y en el Banco Nacional Costarricense.

Sus enemigos afirmaban que él había abusado de su posición jerárquica para obtener tierras baldías. No obstante, habría que mencionar que ese era un recurso utilizado también por otros personajes de la élite política.

Destacaron también las críticas sobre los incesantes incrementos en el salario de Mora. Los opositores aseguraban que tales aumentos siempre eran aprobados por el Congreso, sumiso al Presidente, y que el Parlamento aceptó crear un rubro destinado a gastos confidenciales del Poder Ejecutivo.

Los incrementos de salario y gastos confidenciales dispararon el presupuesto destinado a ese rubro en 500% en los diez años en que Mora gobernó. Esta situación era atípica si se la compara con la austeridad de los gobernantes que precedieron a Juan Rafael Mora. Estos excesos parecen ser también un síntoma de cierta fragilidad e insolvencia en la que estaba cayendo el Presidente.

En el otro platillo de la balanza, seguía pesando el liderazgo de Mora en la victoria sobre los filibusteros, tres años antes. Tal prestigio hacía olvidar las secuelas generadas por la propagación del cólera asiático y por el quebranto de la economía a causa de dos años de conflicto armado.

Este reconocimiento público hacia Mora y a su ministro Cañas dio un poco de oxígeno a una administración que, desde 1857, venía perdiendo legitimidad entre la población, en particular dentro de los sectores asociados al manejo del crédito especulativo y la actividad cafetalera.

Sin embargo, los enemigos de Juan Rafael Mora nunca abandonaron la idea de acabar con la gestión “morista”.

Abundaban los rumores sobre la comprometedora situación económica de Juan Rafael Mora Porras y su interés manifiesto de mantenerse en el poder por 15 años consecutivos.

Quizá por esta desconfianza velada sobre las finanzas personales de Mora, la adecuada idea de crear un banco topó con innumerables obstáculos desde su gestación.

Las elecciones de entonces excluían legalmente al grueso de los adultos del sufragio. Mora se presentó como candidato único en 1859. Obtuvo 87 de 94 votos electorales después de ejecutar múltiples cambios dentro del padrón. El proceso electoral suscitó denuncias de fraude. Como fuere, Mora fue reelegido seis años más, hasta 1865.

La oposición miró en las elecciones amañadas un intento desesperado de perpetuarse en el poder y cortó los propósitos de Mora. En la madrugada del 14 de agosto de 1859, el Presidente fue sacado por medio de engaños de su casa. Sin un solo disparo, los sectores adversos dieron un golpe que sustituyó a Mora por su cuñado, el próspero cafetalero José María Montealegre.

El recuerdo que dejó Porras es ambivalente. Por una parte, fue el esforzado líder de una lucha internacional contra los invasores; por otro lado, fue un gobernante autoritario y de dudosa probidad económica. Cada cual extraerá sus propias conclusiones: si Porras fue sobre todo un héroe, si fue más un político censurable, o si fue ambas cosas: un hombre como otros, hecho de sombras y de luces.

Explicación:

si te ayudo dame puntitos y coronita, gracias.

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