Explicar los efectos fisiológicos que tiene el consumo de la marihuana con la sensación de descarga de adrenalina que se siente cuando se realizan deportes extremos.
Respuestas a la pregunta
Explicación:
habitual, con su implicación y consecuencias en
el rendimiento deportivo (mayor fatigabilidad,
alteración del tiempo de recuperación, dificultad
de adaptación cardíaca y sensación de deshidra-
tación) y las relacionadas con la actuación a
nivel de sistema nervioso central, pérdida de
motivación, cambios bruscos del estado de
ánimo, alteraciones de la coordinación, de la
percepción del esfuerzo y de la vigilancia, etc.
Está claro que el deportista siempre se verá
perjudicado por el consumo, pero si además es
en competición, puede poner en peligro su salud
en deportes con complejidad de la técnica
(pértiga, piragüismo, gimnasia), la de sus
compañeros de competición (ciclismo) o los
espectadores (lanzamientos, conducción de
vehículos, etc.). Está claro que no se puede
considerar una droga ergogénica, sino, quizá
todo lo contrario. Por eso la consideración de
positividad en un control de dopaje se debe a su
implicación social y sobre la salud y no a su
actividad sobre el rendimiento.
El deportista de elite pretende ser un ejemplo de
salud física y técnica Citius, altius, fortius. Para
conseguirlo debe cuidarse en todos aquellos
ámbitos que le llevarán a ser más rápido, estar
más alto y ser más fuerte. El trabajo físico, la
nutrición, el descanso y el trabajo mental será,
quizá, lo más importante. En una sociedad
donde las referencias están marcadas por el
marketing, la pérdida de valores y los diferentes
caminos para alcanzar objetivos elevados brilla
por su ausencia. El incremento en el consumo
de drogas sociales es uno de los marcadores de
esta situación. En ese sentido, podemos
considerar el consumo de drogas el velo a las
deficiencias personales. El deportista que se
dopa para mejorar su rendimiento, para sentirse
bien o para ser socialmente aceptado, tiene un
déficit que soluciona de forma consciente o
inconsciente. Merece una ayuda y apoyo, pero
mientras no modifique y cubra sus necesidades
éticamente y dentro del régimen de la salud,
quizá no merezca compartir el espacio con la
elite y representar los valores del deporte. La
práctica de una actividad deportiva ayuda al ser
humano a observar una autodisciplina para
poder mantener los objetivos solicitados por su
actividad, le enseña a defenderse de sus
deficiencias, superarlas y beneficiarse de un
crecimiento como un ser completo.
El deportista, frente al consumo de marihuana, es
libre de elegir la opción que estime oportuna, en
caso de que en su federación no considere
penalizable su consumo. Nosotros sí somos
responsables de indicarle los efectos que se pueden
desprender de su uso. El aumento del efecto nocivo
del tabaco, el efecto negativo directo sobre el aparato
respiratorio, las modificaciones del comportamiento,
el potencial peligro de desarrollar un trastorno
psiquiátrico, o el de introducirse en el camino de la
adicción a las drogas, además de su deletéreo efecto
sobre el rendimiento deportivo y la pobre imagen que
ofrece del deporte, deben ser argumentos suficientes
para reconducir a los desinformados y a los
indecisos. Como médicos del deporte estamos en la
obligación de definirnos respecto al consumo de este
tipo de sustancias, de educar al deportista y a la
sociedad y limitar así los efectos nocivos que se
pueden desprender de su uso por parte de este grupo
poblacional. Mens sana in corpore sano. Ahora más
que nunca el abanderado del lema es el deportista
de elite, quizá de un lema que puede también leerse
al revés corpore sano in mens sana.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
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