Explicar los avances en las ciencias que incentivó el humanismo
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Respuesta:
a ciencia y el humanismo son dos buenas causas en las que ocupar la vida. Dos grandes motivos para vivir plenamente. Pasión científica, sentido humanista, son significados intensos, calificaciones que ennoblecen el quehacer de un ser humano. Pero, ¿se excluyen entre sí?, ¿la vocación científica se conjuga bien con el sentimiento humanista?, ¿puede hallarse un equilibrio entre ambas? Por una parte, la actividad científica tiene mucho de especialización, de abstracción, de aislamiento creativo. Por otra, el humanismo conduce con frecuencia al compromiso social y está más próximo de lo global que de lo individual.
Si echo la vista atrás, una duda viene y va por mi pensamiento. He orientado la parte más sustancial de mis energías a las matemáticas, me he comprometido tanto como he podido con la renovación educativa, he trabajado por una universidad innovadora e internacional. Matemáticas, educación, universidad: ¿es esta mezcla de sensibilidades una forma errática de no decidirse, simplemente, de ir de un tema a otro sin un pensamiento bien fundado que oriente el camino?, ¿este planteamiento vital es dispersión o es, por el contrario, una actitud ante la vida que podía calificarse de humanista? No tengo la misma certeza sobre cuál es la respuesta acertada que la que se tiene cuando se demuestra un teorema, pero aspiro a que esa aparente indeterminación sea una forma fértil de entender el humanismo.
En 1900 se celebró el II Congreso Internacional de Matemáticos en París. Fue entonces cuando Hilbert propuso los 23 problemas sin resolver que tanto eco tuvieron entre sus colegas durante bastantes decenios. Pronunció allí una conferencia que llevaba por título Los problemas de las matemáticas. En su intervención formuló una pregunta en la que se reflejan las razones y los sentimientos que engloban la vocación matemática. Dijo Hilbert: "¿Quién entre nosotros no estaría contento de levantar el velo tras el que se esconde el futuro, observar los desarrollos por venir de nuestra ciencia y los secretos de su avance en los siglos próximos?".
Quizás no sean opuestos; quizás, incluso, sean complementarios. Hay dos modelos vitales en el ejercicio intelectual igual de válidos y respetables. Uno consiste en la búsqueda de la verdad científica, abstrayéndose de intereses mundanos distintos. Otro en la mezcla de la pasión científica con las inquietudes sociales. Ninguno es superior. Hay ejemplos excelsos en la historia de hombres y mujeres que optaron por uno o por otro
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