Historia, pregunta formulada por giselalbornozpccb7a, hace 1 año

Explicar las características de la conquista de América

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Contestado por nvvillarreal
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El genocidio más sangriento

La llegada de los colonos europeos a América no fue precisamente en son de paz. Venían en pos de territorios nuevos que anexar a sus distintos imperios, sedientos de nuevas riquezas y en franca competencia por la supremacía mundial.

Los distintos reyes administraban jurídicamente los permisos para la conquista, que financiaba la burguesía insurgente de la época y que consistían básicamente en ocupaciones militares y la fundación forzada de los primeros poblados europeos en el continente.

Ello implicaba, claro está, subyugar a las distintas naciones aborígenes que se resistían al saqueo, cuando no simplemente erradicarlas o reducirlas a reservas, como en el caso de la conquista británica. A eso debe sumarse la debilidad de los pueblos nativos frente a la viruela y las distintas enfermedades que llevaron consigo los europeos, cuyas consecuencias se sintieron más allá del fin de la guerra, así como su aniquilación sistemática en labores forzadas impuestas por sus conquistadores.

Las víctimas totales de la invasión del continente americano se estiman en unos 70 millones de muertos, la matanza más grande en la historia de la humanidad.

La incorporación de la esclavitud

Dado que las diezmadas poblaciones aborígenes no eran suficientes en número y en destrezas para el trabajo de fundación y sostén económico de las nacientes colonias europeas, se inició el traslado forzoso de esclavos africanos hacia América.

Estos individuos eran arrancados de sus tierras y vendidos a colonos y latifundistas europeos para iniciar la explotación de los diversos bienes económicos que abundaban en el Nuevo Continente, ya sea agrícolas, minerales y pesqueros.

Los negros esclavos carecían de todo tipo de derechos y estaban sujetos a la voluntad de sus amos blancos, mientras que los indios ocupaban un estado de semi-esclavitud denominado servidumbre, encargados de tareas domésticas y exploratorias. Ninguno, sin embargo, era tenido por individuo libre ni tenía derecho a bienes o a propiedades.

La repartición del continente

A grandes rasgos, la repartición del territorio americano entre las principales potencias europeas se dio de la siguiente manera:

La colonia española, la primera y más extensa de todas, ocupó en su mayoría el territorio de la actual Hispanoamérica, desde el Río de la Plata hasta los territorios mexicanos, incluyendo parte del Caribe y de las Antillas. Este territorio se dividió en cuatro grandes virreinatos: el Virreinato de la Nueva España, el Virreinato del Perú, el Virreinato de Nueva Granada y el Virreinato del Río de la Plata.

La colonia portuguesa abarcó en su totalidad lo que hoy es Brasil, dividida en quince capitanías de casi doscientos cincuenta kilómetros de ancho cada una, otorgadas vitalicia y hereditariamente a nobles portugueses encargados de su explotación comercial. En 1549, sin embargo, el Rey designó a un Gobernador General para toda la colonia.

La colonia británica, mucho más dispersa en el origen de sus colonos, se afianzó en Norteamérica en franca competencia con los franceses a través de trece primeras colonias, constituidas mediante sucesivas oleadas de inmigrantes y sus esclavos negros entre los siglos XVII y XVIII. Luego de vencer a Francia en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), los ingleses asumieron el control total del territorio del continente norteamericano. También tuvieron influencia en las Antillas y en el Caribe.

La colonia francesa también se instaló en la América del Norte, más específicamente en Quebec y otros territorios de la actual Canadá, aunque también en importantes franjas costeras de lo que hoy es Estados Unidos, amén de algunas islas de las Antillas. Muchas de estas colonias antillanas eran mayoritariamente negras, a raíz del colosal movimiento de mano de obra esclava.

La expansión de la Iglesia Católica

Una de las improntas más fuertes del colono español era su rabioso catolicismo anti reformista, producto de la exclusión de España de las filosofías renacentistas durante la Reconquista (722-1492) contra el Islam.

Esto determinó que la Iglesia Católica jugara un rol importante en la conquista, como brazo moral y cultural de la imposición española sobre los pueblos americanos. El principio de “Tierras para la cristiandad” o de ganar almas para la Iglesia, justificaba el principio de la violencia como un mecanismo de conversión forzosa.

En honor a la verdad, habría que señalar también la bula papal Sublimis deus, promulgada por Paulo III en 1537, en donde afirmaba el derecho de los indígenas a la libertad y a recibir una educación cristiana. Ello amparó a la diezmada población indígena de las brutalidades de la esclavitud, pero no de la imposición cultural que prohibió sus costumbres y sentenció la mayoría de sus lenguas a la extinción.

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