Ciencias Sociales, pregunta formulada por ledyjgonzales4, hace 1 mes

¿Explicar brevemente si conservamos estas costumbres de adorar ídolos y quienes son más reconocidos?

Respuestas a la pregunta

Contestado por yoongizambrano
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Respuesta:

1La conquista española de los Andes que comenzó en 1532, dió inicio al doble proyecto de evangelización e hispanización de la población indígena, dado que la empresa evangelizadora fue uno de los títulos jurídicos de la conquista española. Es decir que la cristianización de los indígenas desde el comienzo estaba vinculada a la colonización de los pueblos americanos. Además, algunas autoridades coloniales, en especial el virrey Francisco de Toledo, pensaban que sería necesario hispanizar a los indígenas antes de poder realizar la tarea evangelizadora. La importancia que se otorgó a la evangelización de la población indígena en el plan colonial se plasmó en los esfuerzos de un número considerable de misioneros y doctrineros. Sin embargo, parece que la labor de los misioneros y eclesiásticos, no dió enseguida los resultados esperados, ya que reiteradamente se encuentran quejas en la correspondencia de la época sobre el poco fruto que hasta finales del siglo XVI había dado la evangelización de los pueblos andinos.3

2En 1608, el cura doctrinero de Huarochirí, Francisco de Avila puso las autoridades coloniales en alerta al denunciar sus feligreses andinos de proseguir clandestinamente con los cultos precolombinos. Avila afirmó que los indígenas de su parroquia, pese a ser bautizados desde hace mucho tiempo, eran idólatras y rendían culto a las deidades andinas como antes de la conquista. El así llamado "descubrimiento de la idolatría" por Francisco de Avila desencadenó en el arzobispado de Lima la primera campaña para extirpar la idolatría.4 Poco después de dar la alarma, en 1610, Avila fue nombrado el primer juez extirpador de idolatrías por el arzobispo de Lima. En adición a Avila, otros extirpadores fueron nombrados en los años siguientes y la extirpación de idolatrías pronto quedó institucionalizada en el arzobispado de Lima.5 Varias campañas de extirpación siguieron en el transcurso del siglo XVII. Durante las mismas fueron condenadas miles de personas, destruída gran cantidad de representaciones de deidades andinas, llamados "ídolos" por los extirpadores, e incineradas parafernalia y momias de los antepasados.6

3Aunque las cifras mencionadas en los escritos de los extirpadores son impresionantes y al parecer sugieren un fuerte impacto de las campañas de extirpación, es de advertir que las visitas para extirpar la idolatría no se efectuaron con igual intensidad en todas las provincias andinas. Las grandes campañas de extirpación del siglo XVII se limitaron al arzobispado de Lima. Por lo tanto, los efectos de esta represión institucionalizada de las religiones autóctonas se hicieron notar sólo en las regiones adonde habían llegado los extirpadores.7 En consecuencia, aunque la Extirpación impactó mucho en los pueblos donde se realizó, sólo logró controlar algunas regiones del vasto territorio del virreinato peruano. Vale decir que en vista de los esfuerzos realizados mediante varias campañas de extirpación y durante casi un siglo, las expectativas asociadas a esta institución no se consumaron. En esto la Extirpación institucionalizada se asemejaba bastante a la Inquisición, otra institución mucho más poderosa. No es demás recordar aquí que tampoco la Inquisición llegó a ejercer un control total sobre la población, ni siquiera en España (Bennassar 1979: 65). Todavía menos pudo en el virreinato del Perú, en donde el control de los tribunales de la Inquisición en general estaba limitado a las ciudades coloniales (Escandell Bonet 1983-84: 109 y sgs.).

5La destrucción de los "ídolos", tejidos finos y parafernalia apuntaba a desarraigar los cultos autóctonos, pero al mismo tiempo equivalió a una perdida sensible en la herencia cultural de los pueblos andinos. Más aún, en las culturas autóctonas se consideraba que el culto a los antepasados y a las deidades andinas era esencial para asegurar, además del bienestar individual, la pervivencia de todo el grupo social.10 Por eso, la destrucción de las representaciones de dioses y de las momias afectó sobremanera a las sociedades andinas que la sufrieron: Las campañas de extirpación de idolatrías por consiguiente no sólo atentaron contra las religiones andinas, sino también contra la identidad cultural de los pueblos afectados.

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