Ciencias Sociales, pregunta formulada por lopezperezmaria959, hace 3 meses

explica qué podría aportar un experto de cada una de las siguientes ciencias solución del problema planteado sociólogo​

Respuestas a la pregunta

Contestado por sofial03848
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ausa de la decadencia de nuestro comercio, el origen de la causa que acaba con todas nuestras fábricas y población, la funesta semilla que hará (mientras no se arranque) que se reduzcan a discursos de sociedades y Academias nuestros establecimientos económicos, e impulsos que se quieran dar a la actividad de la Nación y su comercio?”

Es decir, en definitiva, ¿cómo describir los problemas de un país, o de una sociedad, sin hablar de sus causas?

Por su parte Isidoro de Antillón en sus trabajos sobre Teruel, a principios del siglo XIX, procuró contribuir “a la felicidad del pueblo” y a la “ilustración y reforma de sus paisanos”. Y en sus Elementos de Geografía astronómica, física y política de España y Portugal, publicados en 1808 fustigó las causas políticas y morales que retardaban el progreso de la nación.

III

En América española y portuguesa los ideales de libertad y progreso fueron también diseminados por la ciencia y por la geografía. Muchos científicos pusieron las bases para la emancipación, para la libertad y para el desarrollo económico, y el papel de la geografía fue decisivo en muchos campos, como el de la ciencia en general. Lo que debería ser recordado para movilizar a los geógrafos y a los científicos sociales de este continente ahora que está a punto de empezar a conmemorarse el segundo centenario de la independencia

Respuesta:

Los diagnósticos críticos son muy habituales en geografía, al igual que en otras ciencias sociales. Científicos que observan el mundo actual se sienten a veces muy afectados por la gravedad de las situaciones que describen. El impulso moral de aspirar a un mundo mejor en el que no exista la pobreza, la segregación o la injusticia, y en el que los hombres no degrademos de forma irreversible el medio ambiente, lleva a observar de forma crítica la realidad que se examina y que, como científicos, hemos de estudiar. El resultado es un panorama bastante pesimista, con diagnósticos que generalmente desvaloran, a veces de forma somera, cualquier interpretación optimista que pueda realizarse: los problemas serían tan graves que en el mundo actual solo podrían ser optimistas los ingenuos, los mal informados, los egoístas que únicamente piensan en sí mismos o, peor aún, que están vendidos al sistema de explotación.

La experiencia del VII Coloquio Internacional de Geocrítica, celebrado en Santiago de Chile en 2005, fue, en cierta manera, un reflejo de ese ambiente intelectual. Se hicieron en dicho coloquio, como en los anteriores, numerosos y excelentes diagnósticos de la situación actual. A algunos de los asistentes eso nos produjo, como en otros casos, un sentimiento de angustia: el argumento general de una buena parte de las comunicaciones puede resumirse en estas palabras: “todo va mal y, además, todo está empeorando”.

Tuve la impresión de que no podíamos continuar así. Que es preciso seguir haciendo diagnósticos críticos, pero que hemos de pasar a la propuesta explícita de soluciones para resolver los problemas que están planteados. Por ello en la clausura del Coloquio anuncié que debíamos convertir esa búsqueda de respuestas y soluciones en el eje articulador de un futuro encuentro.

Desde entonces la necesidad se ha hecho mayor. En los dos años transcurridos la conciencia de los numerosos problemas del mundo actual y de su gravedad ha ido aumentando. La pobreza, la segregación y la exclusión social, la fragmentación de las ciudades, el aumento de enfermedades infecciosas en algunas regiones, y otros muchos problemas han ido creciendo y se tienen, si es que eran precisos, nuevos datos contundentes sobre todos ellos. Hemos asistido también a la aceptación de la trascendencia del calentamiento global y se admite ya la necesidad de intentar reducir ese proceso. Muchos hablan abiertamente de la crisis global y dan argumentos sobre la urgente necesidad de buscar soluciones globales.

Los problemas del mundo actual son muchos y muy graves. Pero no podemos quedar inactivos ante ellos. Hemos de movilizarnos, y diseñar programas de investigación y de enseñanza que ayuden a tomar conciencia y a enfrentarnos a la misma raíz de los mismos. Pero también hemos de tener fuerza para hacerlo, lo que es imposible sin un mínimo de optimismo, de convicción de que podemos abordarlos, con alguna esperanza de que puedan resolverse.

Algunas disciplinas sociales tienen ya incorporada en sus tradiciones intelectuales la propuesta de soluciones, o en ellas es consustancial el realizar planes de mejora. El economista o el urbanista, por ejemplo, no pueden limitarse a realizar diagnósticos, sino que han de proponer actuaciones concretas para resolver las situaciones que describen. Otras disciplinas, entre las cuales la geografía, tienen menos interiorizada y aceptada esa dimensión.

II

 

 


lopezperezmaria959: gracias pero quiero poca información
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