Explica los desafíos que debía enfrentar Chile en el ámbito territorial
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Los desafíos de Chile:
En el siglo XXI los países van a medirse no sólo por el ingreso per cápita, sino que muy
principalmente por la emisión de toneladas de carbono equivalente per cápita. En Estados
Unidos la emisión por habitante es de 22 toneladas al año. En Europa, entre 10 y 12
toneladas. En América Latina es alrededor de 5, en China 5, en India 2, pero estas cifras
tan bajas reflejan que son todavía países pobres, o de ingresos medios, que necesitan
seguir creciendo. Ese es el desafío, crecer, pero con mayor eficiencia energética.
Se trata de no reproducir el crecimiento de los países que hoy son ricos, los cuales
crecieron sin conciencia del daño que hacían al planeta con sus elevados niveles de
emisiones. Hay que tener en cuenta que estas emisiones permanecen en la atmósfera
entre 100 y 120 años. Lo grave es que el mundo tiene que prepararse para que el año
2050 el ser humano, en promedio, no emita más de 2 toneladas. Para esa fecha el planeta
tendrá más de 9 mil millones de personas, y con los actuales niveles de emisión el planeta
colapsaría. Por ello, la huella de carbono estará en el centro del debate y del comercio
internacional en los próximos años, y va a ser la carta de presentación de todas las
exportaciones.
Ojalá estas ideas sirvan para iniciar un debate. Seamos modestos: hay que abrirse a los
ciudadanos. Por eso hemos dicho que este es un documento en proceso de discusión,
para pensarlo y debatirlo con todos y cada uno de los chilenos y chilenas. Una discusión a
la cual por cierto están todos invitados a participar. Aquí no se excluye a nadie, no sobra
nadie que tenga una opinión.
Debemos trabajar en torno a la red y crear asimismo nuevas redes. Que éste sea entonces, en lo posible, el primer esfuerzo por definir una gran
política de Estado 2.0 en las distintas áreas: 2.0 porque será con esos instrumentos que
podremos ir discutiendo una mirada común. Así lo hicimos hace más de 20 años cuando
conectamos con lo más profundo del alma nacional y con miles de apoderados y firmantes
para inscribir partidos políticos, ganamos el Plebiscito de 1988. Ahora debemos conectar
con la sociedad civil, empresarios y trabajadores, etnias, organizaciones no
gubernamentales, explicar por qué Chile necesita dar este paso y hacerlo, todos, con
grandeza.
Con una mirada común podremos pasar de la conectividad virtual a la conectividad real:
pienso, por ejemplo, en un gran encuentro nacional, o en diferentes encuentros en cada
una de las regiones de Chile para luego dar paso a un encuentro nacional en que podamos
debatir y discutir estos y otros temas cara a cara, con altura, con generosidad. Porque el
gran hilo conductor que cruza estos siete desafíos es de qué manera Chile empieza a
mirarse y a ser visto desde cada una de sus regiones, donde cada uno de ellos reviste
particularidades especiales. Es indispensable, entonces, que cada uno de estos desafíos
esté cruzado por la mirada regional.
Debemos también estar dispuestos a compartir y
discutir en debates presenciales: ellos son el complemento indispensable a la conectividad
y al debate virtual.
Chile entra a una nueva etapa. Chile debe definir nuevos caminos para esta nueva etapa.
Chile se prepara para alcanzar el desarrollo, pero aunque lo hará con herramientas
distintas a las de ayer, el sueño sigue siendo el mismo.
Se trata de crear una sociedad más justa, humanista, inclusiva e inserta en la modernidad;
de avanzar juntos en la construcción de las respuestas a todas estas interrogantes, sin
discriminaciones sociales, culturales o étnicas; no sólo con respeto, sino valorando las
diferencias, particularmente de nuestros pueblos originarios.
Nada de esto se puede hacer en base al puro individualismo. Las sociedades son más que
la suma de los individuos: requieren de un esfuerzo común, de una ética social que sea la
base de un pacto fiscal capaz de disminuir las desigualdades generadas por el mercado;
requieren de la construcción de un “nosotros” del cual todos nos sintamos parte.
Así construiremos una sociedad mejor basada en los valores de la justicia, la solidaridad, la
libertad, la democracia. Para lograr una vida en común mejor y más digna para todos los
chilenos y chilenas.
Esta es, reitero, una invitación a pensar, a intercambiar ideas: a construir, entre todos, un
país mejor.