Explica cada una de las leyes que propuso jean baptiste lamark
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1. Necesidad de adaptarse
Lamarck estaba seguro de que las especies tenían que ir cambiando a lo largo del tiempo, pues el medio cambia constantemente y los organismos que no estén bien adaptados a él, están condenados a la extinción. El Lamarckismo rechaza el Creacionismo en el sentido que no es posible que, al azar, todas las especies del mundo estuvieran perfectamente adaptadas y tuvieran unas características tan perfectas.
El ejemplo más famoso de la Teoría Lamarckiana se basa en las jirafas, así que lo analizaremos. El Lamarckismo defiende que las jirafas que tenemos en la actualidad proceden de un animal que, siendo más o menos similar, tenía el cuello corto y estaba poco adaptado al medio. En este caso, un medio en el que su alimento está en las partes altas de los árboles, por lo que, en principio no pueden llegar. Lo que defiende el Lamarckismo es que, ante una necesidad de adaptación (en este caso tener el cuello más largo), las especies deben cambiar.
Decimos que este primer principio es parcialmente cierto ya que el propio Darwin defendería también la idea de que la necesidad de adaptación es el motor de la evolución, pero a partir de aquí, la Teoría de Lamarck hace aguas.
2. Modificación de características en vida
El segundo principio de la Teoría de Lamarck hace que toda ella falle. Y es que el Lamarckismo defiende la idea de que los seres vivos somos capaces de adaptarnos al medio a lo largo de nuestra vida como individuo, es decir, que podemos ir cambiando nuestras características morfológicas en vida.
Volviendo a las jirafas, este principio defiende la idea de que una primera jirafa “primitiva”, al ver que no podía llegar a las hojas de los árboles para comer, empezó a estirar el cuello, consiguiendo una prolongación de este de unos pocos centímetros, que le harían estar más adaptada que las otras que no se habían “esforzado” en hacer el cuello más largo.
Y es que, si bien es totalmente cierto que los seres vivos podemos conseguir habilidades nuevas a lo largo de la vida, Lamarck enfocó este concepto de forma errónea, como veremos a continuación. Darwin, en cambio, no defendió la idea de que modificamos nuestras características en vida.
El punto fuerte de la teoría evolucionista de Darwin y lo que hace que sea la teoría aceptada a día de hoy es que defiende que la adaptación ocurre al azar, no de forma intencionada. Sin nisiquiera saber qué eran los genes, Darwin dijo que, por simple azar y fortuna, hubo algunas jirafas que nacieron con el cuello más largo. Pero no porque lo estiraran estando en vida, sino porque les venía de fábrica.
Hoy en día sabemos que esto se debe a las mutaciones genéticas, las cuales son inevitables y, aunque muchas de ellas den lugar a organismos “defectuosos”, hay veces en las que otorgan al individuo portador unas características que le hacen estar más adaptado al medio. En este sentido, la evolución es un proceso en el que, por azar, algunos individuos están más adaptados y sobreviven más que otros.
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3. Herencia de los caracteres adquiridos
Este tercer principio es el que terminó por hacer que la Teoría de Lamarck fuera rechazada. Y es que Lamarck defendió que estas características que se adquieren en vida pasan a la siguiente generación, es decir, que los cambios a los que se somete un individuo a lo largo de su vida pasan a su descendencia.
Puede no parecer demasiado descabellado, pero pensémoslo así: según esta ley de Lamarck, si tú te haces un tatuaje en el brazo, tu hijo nacerá con ese mismo tatuaje. Evidentemente, esto es imposible.
Y es que hoy, gracias a los conocimientos en genética, sabemos no solo que modificar nuestras características en vida no altera nuestros genes (puede silenciar o activar, pero en ningún caso nos cambia a nivel de secuencia de genes), sino que solo las mutaciones en las células germinales (las que dan lugar a espermatozoides y óvulos) pueden pasarse de generación en generación.
En este sentido, Lamarck decía que cada jirafa alargaba su cuello en vida y que, al reproducirse, su descendencia tendría el cuello como ella, es decir, algo más largo que en la generación pasada. Y esta descendencia, a su vez, seguiría estirando el cuello. Lamarck creía que las jirafas de la actualidad tenían el cuello tan largo porque se habían ido heredando estas modificaciones en vida a lo largo de las generaciones.
La Teoría de Darwin, pese a no entrar (evidentemente) en las razones genéticas por la que sucedía, no fallaba en este aspecto. Y es que a lo que él se refería como “características adquiridas por azar”, este “azar” significaba que eran cualidades que venían de los genes y que, por lo tanto, sí que podían transmitirse de generación en generación.
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