experiencia educativa
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La experiencia educativa en la construcción del saber pedagógico
Las estrategias que usa el maestro a partir del saber pedagógico permiten que el estudiante no solo asimile una cantidad de contenidos, sino que construya los mismos.
Las experiencias educativas que buscan la innovación, no comprenden una única metodología, pero comparten entre sí la preocupación por la motivación del alumnado, como por ejemplo la gamificación.
El aprendizaje experiencial se centra en enseñar a los alumnos habilidades relacionadas con la creatividad y el emprendimiento. Su objetivo es que los niños y niñas construyan sus propias ideas, pero ojo, concentrándonos en la reflexión sobre el proceso y no tanto en el objetivo. Y es que a veces las preguntas son más importantes que las respuestas.
Este tipo de aprendizaje se basa en hacer cosas, cometer errores, experimentar, suscitar preguntas y dudas, etc. Pero el mero hecho de jugar o experimentar no siempre supone un aprendizaje. Para que nuestros alumnos gocen de un aprendizaje significativo, necesitamos hacerles reflexionar sobre lo que están haciendo, “¿lo estás haciendo bien? ¿por qué lo haces? ¿es importante para ti?”. Por eso, no debemos confundir el aprendizaje práctico con el aprendizaje experiencial.
En el aprendizaje experiencial, la enseñanza proviene de las experiencias vitales, es decir, nos preparamos para la vida a base de vivirla. El enfoque básico de esta metodología es el constructivismo, ya que el aprendizaje se crea a través de la interacción con el medio y la interacción con los otros, haciendo de lo aprendido un acto significativo. Transformar la mera información en experiencia es la estructura de la construcción del aprendizaje humano.
Está científicamente comprobado que el grado de interacción del alumno respecto al objeto de estudio es directamente proporcional al grado de aprendizaje que obtiene. Es decir, si tú, como profesor, decides explicarle oralmente a uno de tus alumnos cómo se hace un nudo, probablemente se vaya a casa sin saber hacerlo. Si a otro alumno le dejamos probar a hacer él mismo el nudo siguiendo nuestras instrucciones, acabará por lograrlo. Pero, si a un último alumno le explicas cómo se hace, le dejas el nudo y le dices: “Marta, tienes que enseñarle a hacer el nudo a tus dos compañeros”. Pues resulta que Marta va a asegurarse de ser la mejor estudiante en lo que a hacer nudos se refiere y, si no es así, acabará por serlo tras tratar de explicarle el procedimiento a los otros.