Expectativa de el cuento Hansel y Gretel
(Es de ESPAÑOL )
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Era lunes, entre la muchedumbre de Gran Vía, el bullicio y con “la mala leche” generalizada que protagoniza siempre el primer día de la semana, me encontraba frente a la calle Montera completamente famélico (lo de Montera es pura casualidad no vayan a pensarse…). En fin decido entrar a uno de los restaurantes para pedir una hamburguesa de 1€ y para cuando la termino me doy cuenta de que a pesar del mal sabor de boca, el pepinillo y el pobre pedazo de carne, había cumplido sus expectativas, en ningún momento me intentaba engañar, de hecho quizás el primer distorsionador de la realidad sea yo mismo intentando creer que me saciará. Cumplir las expectativas, eso es lo que hace la última película del director de «Zombis Nazis», Tommy Wirkola. Independientemente de su sencillez, los huecos de guión y su basta historia, “Hansel y Gretel cazadores de brujas” es una película honesta y sincera consigo misma, no promete nada que no pueda ofrecer, entre esas cosas: profundidad, trascendencia fílmica o tan siquiera importancia alguna. Todo empieza cuando, tras probar el sabor de la sangre siendo unos niños, Hansel (Jeremy Renner) y Gretel (Gemma Arterton) se convierten en unos justicieros, dispuestos a todo para vengarse de las brujas. Pero ahora, sin que ellos lo sepan, se han convertido en la presa, y tienen que enfrentarse a algo mucho más siniestro que las brujas…su pasado.
Si trazamos un arduo recorrido por las películas sobre aquelarres y hechiceras, nos damos cuenta de su potencial y lo mucho que distan de Hansel y Gretel, desde Margaret Hamilton como la Bruja del Oeste en “El Mago de Oz”, “Hocus Pocus” o mis favoritas, el trío sexy de Jack Nicholson en “Las Brujas de Eastwick”. Pero fue en 2004 cuando se estrenó posiblemente lo más similar al trabajo de Tommy Wirkola así como uno de los mayores arrepentimientos de la filmografía de Hugh Jackman, “Van Helsing”, un cuento de monstruos plagado de tiros, efecto visuales y una historia un tanto insostenible que al menos mata el aburrimiento. Ahora se repite la misma fórmula pero con Famke Janssen de bruja malísima en vez de con nuestra Elena Anaya de vampiresa. Parece ser que explotar cuentos de miedo y adaptaciones fallidas de los hermanos Grimm es uno de los mayores recursos hollywoodienses actuales, sino fijémonos en otros largometrajes recientes como Blancanieves (explotada tres veces el año pasado), la Rapunzel de Disney, El gato con botas de Banderas o una Caperucita roja muy escuálida interpretada por Amanda Seyfried. Ahora es el turno de explotar la casa de caramelos, una explosiva Gretel (Gemma Arterton) y las flechas de un Hansel (Jeremy Renner) muy “amarvelado”.
Sangre, explosiones, armas y vestuarios anacrónicos es lo que nos ofrece esta pieza, perder (o ganar según se vea) dos horas de nuestras vidas entreteniéndonos borrachos frente a una gran pantalla y estremeciéndonos con peleas en un 3D bastante digno. Quizás el problema sea que el espectador se la intente tomar demasiado en serio. Pero al igual que su anterior trabajo: “Zombies Nazis”, el director y guionista tan solo intenta ofrecer un film propio de amantes de los estupefacientes, con toques muy predecibles y con diálogos realmente ridículos envueltos en un conglomerado de acción gratuita.
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