Castellano, pregunta formulada por domenicaabiagiln09, hace 17 horas

existe un grado confiable de privacidad de de datos para los adolecntes en las redes sociales?

Respuestas a la pregunta

Contestado por gaby3111000
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Respuesta:

No.

Explicación:

Las redes sociales se han convertido en una crisis de la noción de límite. Ésta zona de protección límite se ha extendido del individuo a la comunidad. El límite - de la cuidad, de la región, del reino - siempre se ha considerado especie de ampliación colectiva de las burbujas de protección individual. los muros pueden servir para que un régimen despótico mantenga sus súbditos en la ignorancia de lo que sucede fuera de ellos, pero en general garantizan a los ciudadanos qué los posibles intrusos no tengan conocimiento de sus costumbres, de sus riquezas, de sus inventos.

la Gran muralla China no solo defendía de las invasiones a los súbditos del imperio celeste, sino que garantizaba, además, el secreto de la producción de seda.

No obstante con internet se rompen los límites que nos protegían y la privacidad queda expuesta. esto es desaparición de las fronteras ha provocado los fenómenos opuestos. Por un lado, ya no hay comunidad nacional que puede impedir a sus ciudadanos que sepan lo que sucede en otros países, pronto será imposible impedir que los súbditos de cualquier dictadura conozca en tiempo real lo que ocurre en otros lugares; además, en medio de una oleada migratoria imparable, se forman naciones por fuera de las fronteras físicas: es cada vez más fácil para una comunidad musulmana de Roma establecer vínculos con una comunidad musulmana de Berlín. Por otro lado, el severo control de los estados ejercían sobre las actividades de los ciudadanos ha pasado a otros centros de poder que están técnicamente preparados (aunque no siempre con métodos legales) para saber a quienes hemos escrito, que hemos comprado, qué viaje hemos hecho, cuáles son nuestras curiosidades enciclopédicas y hasta nuestras preferencias sexuales. el gran problema del ciudadano celoso no es defenderse de los haters sino de las cookies1, y de todas esas otras maravillas tecnológicas que permiten recoger información sobre cada uno de nosotros.

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