¿Existe realmente la libertad?
Respuestas a la pregunta
Explicación:
a libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos", y por ella "se puede y debe aventurar la vida", dice Cervantes; "La libertad no hace al hombre feliz, le hace, simplemente, hombre", asegura Azaña; "Para la libertad me desprendo a balazos de los que han arrastrado su estatua por el fango", proclama Miguel Hernández...
GÉNESIS. (En el relato bíblico, Dios creó el universo de la nada; durante cinco días puso orden en lo creado, el sexto día creó al hombre, el único ser de la creación hecho “a su imagen y semejanza” y destinado a “dominar” el resto de la creación; al séptimo descansó.
Dios no tiene principio ni fin; esa es una de sus principales características.
¿Por qué se nos hace tan difícil comprender esta idea? Porque nuestra vida es muy corta, y eso hace que midamos el tiempo de un modo totalmente diferente a Jehová. Por ejemplo, para él mil años son como un solo día, pues ha vivido desde siempre (2 Pedro 3:8). Veamos la siguiente ilustración. Un saltamontes adulto vive unos 50 días. ¿Podría entender lo que significa vivir 70 u 80 años, la duración de nuestra vida? ¡Difícilmente! Pues nosotros somos como ese saltamontes cuando nos comparamos con el Creador. Nuestra capacidad mental es insignificante al lado de la suya (Isaías 40:22; 55:8, 9). Así que es normal que haya aspectos de su naturaleza que no podamos comprender.
Aunque nos cueste entender que Dios es eterno, la idea es lógica. Si alguien hubiera creado a Dios, esa persona sería el Creador. Sin embargo, la Biblia afirma que Jehová es quien hizo todas las cosas (Revelación 4:11). Además, nosotros sabemos que hubo un tiempo en que el universo no existía (Génesis 1:1, 2). ¿Cómo apareció? Obviamente, su Creador ya tenía que existir. Y también tuvo que haber existido antes que cualquier otro ser inteligente, como su primer Hijo y los ángeles (Job 38:4, 7; Colosenses 1:15). Está claro que, antes de empezar a crear, Dios estaba solo. Él no pudo haber sido creado, pues no había ni nada ni nadie aparte de él.
Nuestra propia existencia y la del universo son prueba de que existe un Dios eterno. El Ser que puso en movimiento el inmenso universo y estableció las leyes que lo controlan tuvo que haber existido desde siempre. Solo él pudo darle vida al resto de los seres vivos (Job 33:4).