Existe la posibilidad de que el sida se erradique en el año 2030. ¿Que retos y exigencias tenemos los seres humanos para contribuir con esta meta? Explica.
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Respuesta: SI
Explicación: UNOS SERIAN LOS SUJETOS DE PRUEBA Y OTROS INVESTIGARAN CON POSIBILIDAD DE CONTAGIARSE
ME DICES SI AUMENTO MAS O A SI ESTA BIEN
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Para poner fin a la epidemia de sida para 2030, la respuesta mundial al VIH no debe olvidarse de nadie, ni siquiera de las personas que se inyectan drogas. Requiere unas políticas sobre drogas y unos servicios de prevención, tratamiento, atención y ayuda relacionados con el VIH que se ajusten tanto los derechos humanos como a las necesidades sanitarias de las personas que se inyectan drogas.
Las estimaciones muestran que en todo el mundo hay aproximadamente 12 millones de personas que se inyectan drogas, 1,6 millones (14 %) de las cuales viven con el VIH y 6 millones (50 %) con hepatitis C. La prevalencia del VIH entre las mujeres que se inyectan drogas con frecuencia es superior a la de sus iguales masculinos. ONUSIDA calcula que 140 000 personas que se inyectan drogas se infectaron por el VIH en 2014 en todo el mundo y que no ha habido un descenso en la cifra anual de nuevas infecciones por el VIH entre las personas que se inyectan drogas entre 2010 y 2014.
El informe de ONUSIDA Do no harm: health, human rights and people who use drugs (No hacer daño: salud, derechos humanos y personas que consumen drogas) muestra que tener leyes y políticas que no perjudiquen a las personas que consumen drogas y aumentar las inversiones en programas y servicios de reducción del daño se traduce en un descenso de las nuevas infecciones por el VIH y una mejora de los resultados en materia de salud y ofrece unos beneficios sociales más amplios.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ONUSIDA recomiendan utilizar estos programas y servicios como un paquete integral, como se señala en las directrices consolidadas de la OMS sobre prevención, diagnóstico, tratamiento y atención en materia del VIH para las poblaciones clave.
Las estimaciones muestran que en todo el mundo hay aproximadamente 12 millones de personas que se inyectan drogas, 1,6 millones (14 %) de las cuales viven con el VIH y 6 millones (50 %) con hepatitis C. La prevalencia del VIH entre las mujeres que se inyectan drogas con frecuencia es superior a la de sus iguales masculinos. ONUSIDA calcula que 140 000 personas que se inyectan drogas se infectaron por el VIH en 2014 en todo el mundo y que no ha habido un descenso en la cifra anual de nuevas infecciones por el VIH entre las personas que se inyectan drogas entre 2010 y 2014.
El informe de ONUSIDA Do no harm: health, human rights and people who use drugs (No hacer daño: salud, derechos humanos y personas que consumen drogas) muestra que tener leyes y políticas que no perjudiquen a las personas que consumen drogas y aumentar las inversiones en programas y servicios de reducción del daño se traduce en un descenso de las nuevas infecciones por el VIH y una mejora de los resultados en materia de salud y ofrece unos beneficios sociales más amplios.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ONUSIDA recomiendan utilizar estos programas y servicios como un paquete integral, como se señala en las directrices consolidadas de la OMS sobre prevención, diagnóstico, tratamiento y atención en materia del VIH para las poblaciones clave.
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